Justo cuando todos no sabían qué hacer, Zayne dijo en voz alta: “¡Todos los soldados de los Diez Mil Ejércitos deben obedecer la orden! Les ordeno que se rindan incondicionalmente ante el gobierno y esperen a que se encargue de ustedes. ¡Nadie debe mostrar ninguna resistencia, de lo contrario, tendrán que asumir las consecuencias!”.

En este momento, todos los soldados de Diez Mil Ejércitos se sentían como si estuvieran al borde del colapso.

Ellos apenas podían justificar que una fuerza amiga decidiera atacarlos de repente, pero si su propio comandante en jefe también se volvía contra ellos, ¿qué demonios estaba pasando? ¡Este era uno de los Cuatro Reyes de guerra de los Diez Mil Ejércitos! ¡¿Por qué estaría trabajando en connivencia con el gobierno?!

Yaron, quien tenía la relación más estrecha con Zayne, no podía evitar preguntar con pánico: “Comandante, esto... ¡¿Qué demonios está pasando aquí?!”.

Zayne dijo con frialdad: “Te pedí que te rindas, m*ldición. ¿No entiendes el lenguaj