Las palabras de Wendy tocaron directamente la llaga más grande en el fondo del corazón de Harold.

Él también sabía muy bien que siempre había sido nada más que un idiota que nunca podía hacer nada en absoluto. Había tenido la corona de la familia Wilson colgando sobre su cabeza en el pasado, y no tenía que preocuparse por llegar a fin de mes en absoluto.

Él apenas podía ser considerado un heredero rico. Pero ahora, todo estaba ya a cero.

Ya no tenía ninguna corona en que depender en el futuro, y no tenía a nadie ni nada que lo respaldara para que pudiera quedarse de brazos cruzados y gastar toda su fortuna con el tiempo. Si seguía siendo tan atontado a medida que avanzaba con su vida, era muy probable que acabara siendo como esos desempleados que ni siquiera podían encontrar pareja aunque ya tuvieran cuarenta o cincuenta años.

De repente recordó la película de Barty Willow llamada Señor Árbol en la que Barty Willow había interpretado el papel de un personaje que parecía ser un