Charlie sabía que su suegro estaba muy descontento con Elaine. Todas estas insatisfacciones se habían ido acumulando a lo largo de los años que habían vivido juntos.

Más aún cuando Matilda había regresado al país, su suegro había visto que Matilda era mucho mejor que Elaine, y esto solo lo hacía sentir aún más insatisfecho con Elaine.

Era hasta el punto de que quería divorciarse de su esposa, Elaine, pero ella no le daba la oportunidad, así que, naturalmente, él ahora la despreciaba aún más.

Aunque su intención era buena, Charlie no pensaba que sería apropiado para él, especialmente cuando se trataba de darle a Elaine un juego falso de productos para el cuidado de la piel. Era bastante vergonzoso presentarle a otra persona algo falso.

No era porque temiera que Elaine descubriera que los productos eran falsos, sino que temía más lo que su esposa pensaría de él si descubría que le había regalado a su madre productos falsificados.

Por lo tanto, se volteó hacia Jacob y le dijo: “Padre