Cuando Beverly llega a Marsella la atacan un poco los síntomas del embarazo, pero se aguanta porque la emoción de ver a su hombre al fin es más grande.—Vamos a ver a tu padre, pequeñín —dice mientras con sus manos acaricia su vientre.Un auto la está esperando y el hombre que la recibe le dice que Jack lo ha enviado, además de contarle que tiene una reservación en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad y que está a su disposición para llevarla a donde sea.En el trayecto siente nervios de reencontrarse con él, pero sabe que si habla con el corazón y le pide perdón por haber hecho lo que hizo, entonces podría lograr regresar con él.Al llegar al hotel, la guían a su cuarto y se queda impresionada con el lujo, se hace la nota mental de darle las gracias a Jack, porque no sólo la envió en un avión en donde pudo descansar durante el vuelo, sino que además ha preparado todo para que ella llegara a la ciudad.Como descansó la mayor parte del viaje, se da una ducha, se cambia de ropa y
Luego de aclarar bien las cosas y tener un reencuentro en toda regla, Zeus y Beverly deciden quedarse en la casa en la cual están viviendo en Marsella, porque es mucho más cómodo.Es por eso por lo que los días en que Luna tiene libre se quedan las dos en casa haciendo desastres en la cocina que resultan en algo delicioso. El más feliz con eso es Zeus.—¿Crees que le gusten estas galletas? —pregunta nerviosa Beverly.—Por supuesto, a él le gusta todo lo que haces, es un fanático de tu comida, seguro querrá agregarlas al menú.—Se me hace muy entretenido que estemos revisando el menú aquí, en una cocina en Marsella —se ríe Beverly.—Sí, no podemos perder tiempo con eso, sé que él tendrá que irse antes de que yo termine el curso, así que supongo que sólo nos queda un poco más de un mes juntas antes de que nos enfrentemos a este desafío.—Te noto nerviosa.—Son demasiadas cosas las que tengo que llegar a enfrentar, Beverly. Primero, tomar la responsabilidad de ser la chef del restaurante
Las semanas se pasaron, Zeus está en Seattle terminando los últimos detalles de la inauguración del restaurante y Luna se está despidiendo de César con un enorme pastel de bodas.—Eres una de las mejores aprendices que he tenido y sé que te irá maravilloso en tu nuevo camino.—Gracias por todo lo que me enseñaste, no sólo en la cocina, sino en todo lo demás.—Quiero que llegues impactando, asegúrate de hacerte ver y oír, quiero tu rostro en todas partes —le da un fuerte abrazo y luego cada uno de los miembros de aquella cocina va haciendo lo mismo.Para cuando llega a casa, se sienta en el sofá para ver aquella casa que la cobijó por cuatro meses, se acaricia el vientre, el cual se nota un poco más y sonríe. Beverly aparece con dos platos con pastel de chocolate, le entrega uno y se sienta a su lado.—¿Ya está todo listo? —le pregunta y se llena la boca con un gran trozo de pastel.—Sí, incluso el vestido que llevaré en la boda —le dice con un suspiro.—En verdad no puedo creer que se
Jack camina con ese porte de dios griego que le seca la boca a muchas, pero la única boca que Jack besaría es la de Luna. Se acerca un poco más y vuelve a hablar con esa voz penetrante como el más filoso de los hielos.—¡Esta mujer les está mintiendo! —Jack camina vestido con su traje negro impecable, mira por unos segundos a Luna y se enfrenta a Fiona—. ¡Yo nunca me comprometí con ella! Todo fue un invento para presionarme a que me casara con ella, para acceder a mi fortuna porque ella está en bancarrota.—¡No, eso es mentira! ¡Tú me pediste matrimonio en cuanto te enteraste de que regresé! Pero como ella llegó… ¡Ya no quieres casarte conmigo!—¡Es que tendría que estar demente si quisiera casarme con una bruja insensible como tú! ¡¡Sería como ponerme cuernos yo solo de nuevo!! —los murmullos no se hacen esperar y Jack sonríe malicioso—. ¡¿O acaso se te olvida que si terminamos la primera vez fue porque te encontré en la cama con mi medio hermano?!Fiona empuña las manos a los costad
Concentrarse fue la tarea más difícil para Luna esos dos días siguientes, pero no le quedó más remedio que sumergirse en el trabajo para no volverse loca con las palabras de Jack.Si algo conoce del hombre es que no dice nada a menos que esté realmente seguro de aquello y la manera de defenderse sólo mostró eso, seguridad.—¿Dónde dejamos estos tomates? —pregunta el repartidor y Beverly lo acompaña por el pasillo para llevar la carga. Luna observa cómo van entrando los tomates y tras ellos otros vegetales frescos y listos para ser preparados por ella.Zeus se para a su lado, mientras ella va atenta revisando que todo lo que se pidió sea entregado.—¿Nerviosa?—Mucho, como no te imaginas —pero esa sonrisa le dice que son nervios de emoción y no de miedo.—En una hora llegarán tus empleados, algunos son mayores y puede que quieran hacer las cosas a su manera, pero no te olvides que está en ti oír lo que digan como consejos o como crítica. César me dijo que te recordara que tienes tu pro
Para muchas de las personas que están leyendo esta linda historia, Jack es demasiado blando con Luna, insisten en que debió ponerla a sufrir más porque no confió en él a pesar de todas las demostraciones de amor que le dio… ¡y de verdad eso es lo que iba a hacer!Pero esa pequeña panza lo cambió por completo.—¿Cómo te has sentido? —le pregunta Jack—. Porque yo me he sentido del carajo, todavía hay cosas que me hacen correr al baño.—Las últimas semanas me he sentido bien, al menos del embarazo… —Zeus aparece allí y los saca de su ensoñación.—Lo siento, sé que quieren hablar y en verdad tienen que hacerlo, pero ahora mismo necesito a mi chef.—Dame cinco minutos, iré a retocar mi maquillaje.—Deberías quitártelo —le dice Jack—. No lo necesitas, sabes que sin maquillaje te ves hermosa.—Pero este maquillaje me quita la cara de niña que todavía cargo.—¿Te avergüenza tu edad, acaso? —le dice Jack muy serio y Zeus aprieta los labios para no reírse, porque Luna parece a punto de matarlo—
Luna no puede evitar sentirse nerviosa al reconocer la zona a donde Jack la está llevando, deja de mirar por la ventana en silencio y posa sus ojos en él, que por lo demás va con una sonrisa calmada, como si estuviera disfrutando de ese momento. —¿A dónde me llevas? —A nuestra casa… eso si aún piensas en estar conmigo, porque no pienso obligarte a nada que no quieras ni mucho menos te voy a presionar —Jack se detiene y la mira con sinceridad—. Ya cometí el error de forzarte a estar conmigo y, aunque a todos les he hecho creer que estoy dolido porque te fuiste y que te haría pagar por eso… la verdad es que te entiendo. —Jack, me fui porque era una mujer inmadura, incapaz de ver más allá de mi nariz… —Hablémoslo dentro, con una taza de chocolate caliente y malvaviscos, me urge algo dulce —Jack se baja y rodea el auto, sólo allí ella se da cuenta de que están frente a su casa… el hogar de su madre. —Jack, no puedo, yo… —Es tuya, las escri
Luna se deja llevar por las sensaciones que Jack le provoca en ese momento y se acerca un poco a él.—El cuarto está bello… toda la casa se ve linda, como cuando era pequeña.—Vi algunas fotografías y así pudimos recrear lo más posible tu casa, quería sorprenderte ese día con este regalo —Jack le toma las manos y las besa—. Ese día mi idea era comer, proponerte matrimonio, que me dijeras que sí —la suelta unos segundos y va a una de las mesitas de noche, desde donde saca un sobre.«Luego te entregaría esto, mi regalo de compromiso y te explicaría todo, por qué lo hice y también mi tardanza en contarte la verdad —ella recibe el sobre y saca la escritura de la casa, donde está su nombre—. Que fue por esto, por la remodelación y porque todo era parte de una sorpresa mucho más grande.—Jack… —ella vuelve a llorar y Jack la abraza—. Lo siento tanto, no puedo creer que fuera tan inmadura y que te juzgara de esa manera… no es justo, no deberías darme otra oportunidad.—Te amo, Luna. Cuando u