Luna quiere que se abra la tierra, se la trague y la escupa en cualquier parte del mundo, aunque por otra parte bien podría ir a buscar a la chica y darle un par de bofetadas por descarada. «¡Contrólate! Tú no eres así, ¿qué te está pasando? ¿Se te está pegando lo posesiva y salvaje de Jack?», la regaña su consciencia. Se arma de valor para enfrentar a los hombres, pero ellos parecen seguir inmersos en su conversación. Luna se termina su helado, se disculpa un momento y va al baño para mojarse la cara, porque en verdad necesita algo más frío que el helado para quitarse la vergüenza del rostro. Cuando sale, los dos se ponen de pie y caminan en silencio, cada uno al lado de ella. Por supuesto que al salir a la calle la gente los ve raro, como si todos creyeran que de verdad son sus novios o algo parecido, porque hermanos es imposible. —Yo me despido aquí —dice Zeus—. Nos vemos en casa. —¿En casa? Pero si yo entro en unas horas a mi turno. —No, tengo la baja médica para que te qued
La mirada de Jack pasa de ser la de un hombre seductor y delicado, a la de uno que quiere comerse viva a la persona que los ha interrumpido. —¡Jack! ¡¿Qué significa es…?! —pero él toma la puerta y la vuelve a cerrar con violencia, dejando a la mujer con la pregunta sin terminar. Luna se encoge, con el rostro carmesí y con ganas de que la tierra la vuelva a tragar. Intenta bajarse del regazo de Jack, pero él no se lo permite y le levanta la barbilla. —Mírame —ella lo hace algo preocupada y Jack le dice muy bajo—. Tú eres a la única persona a la que podría darle alguna vez explicaciones de mi vida, ¿entiendes? Y a partir de ahora eres la única a la que le tendré consideraciones, así que aprende cómo se trata a la gente que te molesta. —Pero… yo no puedo. —¡Aprende, porque si decides ser la madre de mi heredero, nadie puede pisotearte ni mirarte como esa mujer te miró por escasos segundos! —le da un beso fugaz, pero posesivo, esta vez la deja sentarse a su lado y, aunque continúa con
Luna se siente como en un torbellino, porque ahora mismo no tiene ganas de lidiar con esa mujer, quien la observa como si le hubiese quitado al marido. Luna da dos pasos, mira brevemente a Jack quien sólo la ve con intensidad, atento a cada gesto y movimiento de la chica. Cuando Luna se acerca a la silla frente al sofá, mira a Jack como pidiendo permiso de sentarse y él asiente levemente. Sí, Luna está aprendiendo a enfrentarse a las personas que creen pueden pisotearla y Jack le está enseñando a hacerlo. —Disculpa, Jack, pero no creo que ella tenga mucha experiencia… —Señor Gosling —le advierte con voz fría—. Y si debemos guiarnos por apariencias, tú deberías estar en un local nocturno bailando por dinero —Luna puede ver a la mujer apretar los puños a los costados y mirarla con ganas de despedazarla. —Me estás ofendiendo. —Tú lo hiciste primero, al creer que podías manejar mi vida y al despreciar a mi consultora externa —Luna oye a la mujer ahogar una risita y Jack camina hacia
Por la mañana Luna se levanta con más ánimo y lista para ir a la universidad, pero tanto Zeus como Jack se ponen de pie cuando la ven salir con su mochila al hombro y la carpeta con aquel trabajo que Jack tuvo la «amabilidad» de imprimir de nuevo, aunque en la perspectiva de Luna fue más una orden de hacerlo. —¿A dónde crees que vas? —sisea con cariño Jack mientras que ella sólo saca un pocillo para su cereal, porque se ha quedado dormida y no tiene tiempo de hacer nada elaborado. —Pensé que era más inteligente y observador, señor Gosling —se burla ella y la mirada de Jack se oscurece—. Pero ya que no se dio cuenta, voy a estudiar, algunos tenemos que seguir batallando para un día sostenernos solos. —Luna… —intenta advertirle, pero Luna lo interrumpe. —Jack, no estoy para tus sermones matutinos, estoy bien y eso gracias a que los dos ayer se tomaron el tiempo para hacerme sentir mejor —los ojos de Luna se posan en los de Jack y él sólo le dedica media sonrisa, la que por supuesto
Al entrar al edificio una de las señoras del servicio la está esperando y le pide que le entregue sus cosas para llevarlas al departamento y así ella pueda ir a su cita con Ester y el equipo de investigación. —Pero yo puedo hacerlo, en verdad que sí… —El señor Gosling fue muy claro, señorita —le dice la mujer con seriedad y Luna le entrega todo sólo para no meterla en problemas. —Le pido que no prepare la cena, yo me encargaré de ella —por respuesta la mujer sólo asiente con la cabeza y Luna siente que todos quienes la rodean están tensos al tratarla. Al subir al ascensor sólo suspira con cansancio y apoya la cabeza en la pared fría, evaluando cómo sería su vida de aceptar a Jack entrar definitivamente, porque hasta ahora sólo tiene un pie dentro de ella. «Y su boca, no se te olvide», señala su consciencia y ella por inercia lleva sus dedos a sus labios. Con otro suspiro sale del ascensor cuando las puertas se abren en el piso «8» y por alguna razón ya siente que no querrá estar
Si hay algo que Jack conoce a la perfección de Luna es esa capacidad de no querer meter en problemas a las personas. Por eso, en cuanto corta la llamada con ella, llama a Lynda. —Quiero que me digas ¿qué es lo que pasó entre la señorita Walsh y Ester? —Se-señor… deme unos segundos —se va a su oficina y allí se encierra—. La señorita Fansi la trató muy mal, desde que llegó aquí trató de molestarla. —¿La señorita Walsh le respondió? —Sí, esa es la razón por la que mi jefa se fue echando humo a su oficina y comenzó a gritar enojada. —¿Pudo mostrarles sus ideas? —No, no tuvo tiempo. Aunque, le di el recorrido como usted me ordenó y le expliqué todo lo que allí hacemos, alcanzamos a compartir algunas cosas y ya estoy lista para investigar lo que ella me contó. Tengo un amigo experto en esa materia que siempre me ayuda si tengo dudas, la idea de la señorita Walsh es innovadora y sé que se puede implementar. —Perfecto, eso es todo lo que quería saber. Mantenme informado y pregúntale a
Los días han pasado para Luna con calma. Zeus se marchó de regreso a su departamento, no sin decirle que la espera en el trabajo y que cualquier cosa que necesite, no dude en llamarlo.Jack sigue muy amable con ella, no le dijo nada de lo que pasó con Ester y tampoco insistió en preguntarle, así que asumió que no le interesa y es mejor que se quede así. Aunque por ahora, él le ha preguntado cuándo regresará al laboratorio, pero ella sólo le dice que por ahora no puede.Y eso, en parte, es muy cierto.Ya ha regresado a trabajar con Zeus, en contra de lo que Jack quiere para ella, pero Luna le advirtió que no la molestara más con eso o se iría, así que Jack se lo tomó con más calma.Ahora mismo, Luna termina uno de sus exámenes y ya que no tiene más clases, porque las han suspendido por una jornada de reflexión para la concientización del consumo del tabaco. Ella no piensa quedarse, porque no fuma, que se queden los que lo hacen, que son quienes se están matando lentamente.Como cada dí
Luna comenzó a seguir cada una de las indicaciones que el doctor le dio, se tomó muy en serio eso de preparar su cuerpo y ahora los ejercicios sencillos son parte de su rutina.Pero esta mañana no quiere hacer nada, se ha reportado enferma en la universidad y le ha escrito a Zeus que le dé el día libre porque no se siente bien. Y aunque no está imposibilitada de moverse, el alma le pesa más de la cuenta.Le entra una llamada de Beverly y sonríe con tristeza, es la única persona que la saludará, porque no le ha dicho a nadie qué sucede ese día.—¡Feliz cumpleaños, amiga mía! Quiero que sepas lo mucho que te adoro, eres la hermana que la vida me dio y muero de ganas por estar contigo.—Gracias, Beverly. Es triste saber que eres la única persona que me saludará hoy… —un sollozo se le sale y su amiga se angustia.—Nena… por favor no llores ahora, que me dan ganas de dejar a la gente con hambre e ir contigo.—No te preocupes, se me pasará, te lo prometo. Sólo tengo que acostumbrarme.Pero