Ethan estaba sentado en su oficina, revisando los documentos que su investigador privado había conseguido. Había algo en esos papeles que no cuadraba, una conexión que aún no lograba ver. Emily entró en la habitación, su rostro reflejando la misma preocupación.—¿Alguna novedad? —preguntó Emily, sentándose frente a él.Ethan negó con la cabeza.—Todavía no, pero siento que estamos cerca. Hay algo en estos documentos que nos dará la pista que necesitamos —dijo Ethan, su voz llena de determinación.Mientras tanto, en la casa de las afueras, Lourdes, Dahia y Dael estaban ultimando los detalles del golpe final. Lourdes había conseguido el contrato que Ethan había firmado años atrás y estaba lista para hacerlo público.—Esto lo destruirá por completo —dijo Lourdes, con una sonrisa fría.Dahia y Dael asintieron, sabiendo que estaban a punto de lograr su venganza.Esa noche, Ethan y Emily decidieron revisar los documentos una vez más. De repente, Emily notó algo.—Espera, Ethan. Mira esto —d
Ethan estaba en su oficina, revisando los últimos informes financieros, cuando su asistente entró apresuradamente. —Señor, tiene que ver esto —dijo, entregándole una copia del periódico del día. Ethan tomó el periódico y su corazón se hundió al leer el titular. “Escándalo en el Imperio de Ethan” “Contratos Incumplidos y Transacciones Sospechosas”. El artículo detallaba una serie de acusaciones basadas en documentos filtrados que comprometían seriamente su integridad y la de su empresa. Emily, quien estaba saliendo desde su lugar de trabajo, estaba revisando la nota informativa que hablaba sobre el escándalo del imperio Smith. Sin duda alguna para Emily, toda la causante de los problemas de Ethan era su hermanastra Dahia. Desde que ella se había salido con la suya con Dael, todo últimamente le estaba saliendo mal a Ethan. No lo pensó dos veces y fue directo a la parada de autobuses, para dirigirse a la oficina de Ethan. Ella seguía pensando que todo era culpa de Dahia, después d
Lourdes estaba en su despacho, revisando los últimos detalles de su plan, cuando recibió una llamada urgente de uno de sus contactos en la prensa. —Lourdes, tenemos un problema. Sebastián ha sido descubierto y está dispuesto a testificar contra nosotros —dijo el contacto, su voz llena de preocupación. Lourdes sintió que la ira comenzaba a hervir dentro de ella. Colgó el teléfono y llamó a Dahia y Dael para que se reunieran con ella de inmediato. —¿Qué sucede, madre? —preguntó Dahia al entrar en el despacho, notando la expresión furiosa de Lourdes. —Sebastián nos ha traicionado. Ethan lo descubrió y ahora está dispuesto a testificar en nuestra contra —dijo Lourdes, su voz temblando de rabia. Dael apretó los puños, su rostro reflejando la misma ira. —¿Cómo pudo hacer esto? Pensé que estaba de nuestro lado —dijo Dael. Lourdes se levantó de su silla y comenzó a caminar de un lado a otro, sus tacones resonando en el suelo de mármol. —Sebastián siempre ha sido un oportunista.
Etha y Emily sabían que tenían que actuar rápido. Con las pruebas en mano, comenzaron a planear cómo exponer a Lourdes, Dahia y Dael. sin poner en riesgo su propia seguridad. Decidieron contactar a un periodista de confianza que pudiera ayudarles a publicar la historia de manera segura y efectiva.Mientras tanto, Lourdes y Dahia estaban ocupadas con su propia campaña para desacreditar a Sebastián. Lourdes había movilizado a varios periodistas y les había proporcionado información comprometedora sobre Sebastián, asegurándose de que la historia se difundiera ampliamente.—Tenemos que asegurarnos de que Sebastián no tenga ninguna credibilidad cuando intente testificar contra nosotros —dijo Lourdes, su voz llena de determinación.Dahia asintió, lista para seguir adelante con el plan. Pero sabía que el tiempo estaba en su contra.Esa noche, Ethan y Emily se reunieron con el periodista en un café discreto. Le entregaron todos los documentos y le explicaron la situación.—Necesitamos que est
Al final de la noche, Ethan acompañó a Emily a su casa. Al llegar a la puerta, se detuvieron y se miraron a los ojos. —Emily, gracias por todo. No sé qué haría sin ti —dijo Ethan, su voz suave. Emily sonrió y se acercó a él, sintiendo la conexión entre ellos. —Ethan, siempre estaré aquí para ti —dijo Emily. Ethan se inclinó y la besó suavemente, sintiendo una chispa de electricidad entre ellos. El beso fue tierno y lleno de promesas, un nuevo comienzo para ambos. Mientras tanto, Lourdes y Dahia estaban lidiando con las repercusiones de la revelación del secreto. Dahia estaba devastada por la verdad sobre su origen, y Lourdes estaba tratando de encontrar una manera de recuperar el control. —Madre, no sé cómo enfrentar esto. Todo lo que creía saber sobre mi vida ha cambiado —dijo Dahia, su voz llena de dolor. Lourdes la abrazó, tratando de consolarla. —Dahia, lo siento mucho. Nunca quise que te sintieras así. Pero debemos mantenernos fuertes y seguir adelante. No podemos permitir
Dael se encontraba en una encrucijada. Su amor por Dahia lo había llevado a involucrarse en una trama mucho más peligrosa de lo que había imaginado. Sabía que tenía que tomar una decisión: seguir apoyando a Lourdes y Dahia, o encontrar una manera de proteger a Dahia de las consecuencias de sus acciones.Esa noche, mientras Dahia dormía, Dael se quedó despierto, reflexionando sobre su próximo movimiento. Sabía que Lourdes y Victor eran peligrosos, y que Dahia estaba en el centro de una tormenta que podría destruirla.Decidió que tenía que actuar. Se levantó silenciosamente y salió de la casa, dirigiéndose a un lugar donde pudiera pensar con claridad. Se sentó en un parque cercano, mirando las estrellas y tratando de encontrar una solución.De repente, su teléfono sonó. Era un mensaje de un número desconocido. Al abrirlo, vio que era de Victor.—Dael, sé que estás preocupado por Dahia. Pero necesito que sigas apoyándonos. Si lo haces, te aseguro que Dahia estará a salvo —decía el mensaj
Ethan y Emily sabían que estaban jugando con fuego, pero la verdad era demasiado importante para ignorarla. Decidieron dividirse para cubrir más terreno. Emily se concentraría en rastrear las transacciones financieras, mientras que Ethan se acercaría aún más a Lourdes para obtener información directa.Una noche, Ethan logró invitar a Lourdes a cenar, aprovechando la oportunidad para ganarse su confianza.—Lourdes, siempre he admirado tu capacidad para superar obstáculos. ¿Cómo logras mantenerte tan fuerte? —preguntó Ethan, fingiendo interés genuino.Lourdes sonrió, aunque sus ojos mostraban una sombra de desconfianza.—La clave es nunca perder de vista tus objetivos, Ethan. Y rodearte de personas en las que puedas confiar —respondió, observándolo detenidamente.Mientras tanto, Emily descubrió una pista crucial. Una de las empresas fantasma que Victor utilizaba estaba vinculada a un antiguo socio suyo, alguien que había desaparecido misteriosamente años atrás. Decidió seguir esa pista,
Ethan se sumergió en su plan, decidido a desmantelar la red de mentiras y engaños que Victor y Lourdes habían construido. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para proteger a Emily y a sí mismo.Mientras tanto, Emily se encontraba en la comisaría, dando su declaración sobre los eventos del almacén. El detective que la interrogaba era un hombre experimentado y astuto, que sabía cómo sacar la verdad de las personas.—Así que, señorita Emily, ¿puede decirme exactamente qué pasó en el almacén? —preguntó el detective.Emily respiró profundamente y comenzó a relatar los eventos de la noche anterior. El detective la escuchó atentamente, tomando notas y haciendo preguntas ocasionalmente.Cuando Emily terminó de hablar, el detective asintió con la cabeza.—Gracias, señorita Emily. Su testimonio es muy valioso para nosotros. Ahora, necesitamos que se vaya a casa y se quede a salvo. Nosotros nos encargaremos de Victor y su red de criminales.Emily asinti