Cap. 27

impostor por amor

Manuela

Después de esa agonía de ver a Ascânio hablar de mí, realmente fue la gota que colmó el vaso para darme un dolor de cabeza intenso, porque no es fácil escuchar del hombre del que estás enamorada que nunca se casaría como tú, aunque sé Le estoy mintiendo, me duele, pero aun así estoy aquí en su cama, sé que es una locura, pero no quiero que termine.

Así que me acosté en la cama enorme con una sábana de raso, en azul marino, porque la habitación tenía ropa de cama nueva, todo hermoso para recibir a la nueva pareja. La colcha es tan deliciosamente suave, me acosté rápidamente y estaba casi dormida, pero luego escuché que se abría la puerta, pensé que era Ascânio, ¡pero era Mirela, que llegó llena de desenfreno!

— ¡Felicidades hermanita, apuesto a que la pasaste bien, eh!

— ¡Ay Mirela, por favor sal de aquí que me duele la cabeza!

— ¡Oye, espera un minuto quién tiene que salir de aquí y tú hermana, se acabó! Manuela, olvidaste nuestro trato, ¡Ascânio de a