Capítulo 416
Daniela y Diego caminaban por el pasillo. Daniela preguntó: —Diego, ¿quién era esa mujer? ¿Para qué te llevó a la habitación del hotel?

Diego retiró su brazo del agarre de Daniela: —No tengo obligación de responder a ninguna de tus preguntas.

En ese momento, Daniela levantó la mano y tocó su frente: —Diego, ¿por qué estás tan caliente? ¿Tienes fiebre?

El tacto suave de su mano junto con la dulce fragancia juvenil que emanaba al acercarse hizo que los ojos de Diego enrojecieran ligeramente. Apartó la mano de Daniela de inmediato: —¡No me toques!

Su tono severo sonó despectivo a oídos de Daniela, cuyos ojos claros se humedecieron.

Esta joven heredera, criada con todos los mimos, era como una flor protegida en un invernadero. Nunca había experimentado tal rechazo.

Daniela lo miró, algo herida. ¿Tanto la detestaba?

Ella no había hecho nada malo.

Su mirada lastimera hizo que Diego se tensara, pero no dijo nada y se dio la vuelta para marcharse.

Sin embargo, Daniela lo seguía como una pequeñ
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