Capítulo 235

Era la primera vez que Emily aparecía frente a Matriarca con un rostro sin disimulo.

Inesperadamente, Matriarca levantó la vista y vio a su hija, que apareció ante su vista con vida.

¡Ese hermoso y exquisito rasgo facial, esa tez blanca y delicada, esos grandes ojos negros y brillantes!

Todo esto era, ¡su Talía!

Cuando la Matriarca se emocionó, estuvo a punto de levantarse de la silla de ruedas.

Esta acción asustó tanto a la criada que había estado vigilando a su lado, que se apresuró a ayudarla.

Emily también se sorprendió y corrió hacia Matriarch a toda velocidad.

Con los esfuerzos concertados de ambas, finalmente se sobresaltaron y dejaron que Matriarch volviera a sentarse en la silla de ruedas.

Inesperadamente, en cuanto la Matriarca agarró la mano de Emily, rompió a llorar de emoción.

«Talía, ¿eres tú? Sé que sigues viva, y sé que algún día volverás a verme».

«Abuela…» Emily frunció el ceño, mirando a la criada.

La criada negó con la cabeza, indicando que no sabía qué había pasad
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