Holisssssss, espero se encuentren bien. Aquí otro capítulo, el cual espero les guste. Estamos muy cerca del final. Si les gustó no olvides dejar tu opinión (¿qué te pareció,o crees que pasará?) del mismo modo si no es mucho un me gusta, estrellita o corazón. Mil gracias por leer. Bendiciones
*KYLE*-¡Cálmate Kyle! Mirad como tienes los nudillos, hombre. -Harrison intenta acercarse, sin embargo, lo esquivo y doy otro golpe a la pared sin poder evitar la frustración y rabia que recorre mi cuerpo. Ignoro por completo mis nudillos heridos, no siento dolor alguno. Lo único que pasa por mi cabeza es la tristeza y angustia que reflejaba el rostro de Alejandra quien también ha sido egoísta conmigo, ella no es la única que sufre con la decisión que tome-. ¡Hombre ya!Harrison toma el cuello de mi camisa con fuerza guiándome hasta unos de los sillones, ante eso forcejeo unos segundos para soltarme, pero terminó rindiendome en el proceso. Nunca había sentido la derrota, y jamás pensé que serían los sentimientos que provocarían tal sensación. ¿Por qué Alejandra no puede entender, que es por el bien de ella y la nena?, Que sólo trato de protegerlas. Que ambas son parte de mi vida, únicamente parte de ella. Ahora son todo lo que tengo, aunque este alejado. Y puede que sea difícil de
*DOS MESES DESPUÉS**ALEJANDRA *La vida da muchas vueltas, y a veces nos deja estupefactos ante sus cambios. Bien dicen que “del odio al amor solo hay un paso” y soy testigo de ello en varios aspectos, pero no me estoy refiriéndo Kyle y a mí... —Es que aún no logro entender, ¿cómo es qué tú y Valeria se llevan bien? Si antes sus miradas y palabras eran granadas lanzadas sin compasión alguna. Cuestiona con diversión Amara, retira las taza de té que bebiamos dejándolas dentro del lavaplatos. Dándose una vuelta y recostando su cuerpo al cimiento, me observa con una ceja arqueada y una expresión que me da a entender que desea una respuesta.—La vida simplemente es extraña, Amara. Resulta y acontece que no nos odiamos tanto después de todo. —mencionó con completa calma y sinceridad. Tenemos mucho en común, a excepción de los vestidos de puta que usa. Digo eso último con una sonrisa, sabiendo que si Valeria escuchara eso saldría con un discurso de que esos vestidos no son de puta, sino
*Alejandra* -¡Dios! Esto es peor que los dolores de la menstruación... -Nada en nosotras las mujeres es fácil, señorita. Pero debe intentar calmarse, un poco, en unos minutos la doctora vendrá. La enfermera se acerca a mí y revisa por cuarta vez mi presión. Jamás había sentido un dolor tan horrible como esteDebo calmarme. ¡Mierda! Ojalá fuera fácil. ¿Pero qué m****a digo?Estoy a punto de parir y me dicen que me tranquilice. Si ellos sintieran el mismo dolor que me esta comiendo cada parte de mí ahora, no estarían ni hablando. Amara eligió el peor momento para desaparecer de la habitación, la perra de Valería aún no llega, estoy sola y únicamente deseo que todo salga bien y termine rápido. El lado bueno de todo este dolor, es que tendré por fin entre mis brazos a mi pequeña bebita. Gimoteo de dolor al sentir una fuerte contracción-M****A MI NENA QUIERE VENIR AL MUNDO, AHORA...Las expectativas se han convertido en una gran desaprobación en mi mente. Querer estar tranquila se
*ANTES DEL NACIMIENTO DE LA BEBÉ**ALEMANIA**Kyle*—¿Le a quedado claro,señor Trec?—Completamente claro, señorita Ambar. Pero dime Kyle, trabajaremos juntos todo un año. —Si así lo desea, no tengo problema. Tú puedes decirme, Ámbar. Comenta con voz un tanto chillona, tomando asiento frente a mí. La observo sin descaro alguno, nunca lo he tenido, no lo tendré ahora. Tez blanca, de complexión delgada, largas piernas que sin duda alguna sabe que las faldas le quedan perfectas, y en el momento que recoge su cabello se puede apreciar una extraña marca en su cuello. —Harrison dijo muchas cosas buenas de ti, y debo confesar que no me las creí ni un poquito, sin embargo, ahora me doy cuenta de que el viejo tenía razón, eres un tiburón en mercado de armas y casinos. —mencionó, con tranquilidad. La mujer es de las que sabe lo que quiere y seguramente no descansa hasta conseguirlo—. Tu lista de finanzas con los Rusos es muy larga, lo cual es estupendo si aceptas trabajar conmigo. Estos últi
*Alejandra*El mirar su tierno rostro y encontrarme con esos ojitos verdes, me hacen querer comérmela a besos. Toma su biberón tan rápido que me da miedo que se ahogue, es tan golosa cuando es hora de alimentarla, ya sea el biberon o pecho. Desde el día de su nacimiento han transcurrido cuatro meses, y aún me siento en una burbuja. Aparto el biberón de su boca, ya que lo dejo completamente vacío. Me acomodo en el sillón con ella en mis brazos extendiéndola en mis hombros para así poder sacarle los gases. Debo confesar que por un momento sentí la bruma del desconocimiento, ¿cómo bañarla, darle el biberon sin que se ahogue, cómo curar mis puntos? Todo un dilema. Sin embargo, Amara estuvo presente, ayudándome y guiándome. Luego de tan corto proceso de darle pequeñas palmaditas en su espalda. La acurruco en mis brazos sus enormes ojitos me miran, derritiendome por dentro, la inocencia de un niño puede atraparte en segundos. Tomo una de sus manitas acariciándola con mis dedos sus pequeño
*KYLE*¡Soy padre! ¡Mierda!Alejandra a dado a luz. Soy padre de una hermosa bebé, que sin duda alguna es una versión miniatura de mí. Todo deseo puede consumir la mente y corazón. Yo estoy siendo consumido lentamente, deseo poder estar junto a esas dos mujeres que revolucionaron mi vida. Quién diablos iba a pensar qué un hombre cómo yo, se dejaría llevar por la paz que le da saber que es padre.Si antes daba el todo por el todo, para que mi plan funcionará, hoy más que nunca realizare el triple para pronto estar con ellas. O quizás deje toda esta mierda y desaparezca por un tiempo, y junto conmigo me las llevo a ambas. Quiera o no Alejandra será mía de nuevo. Los dos estamos en la misma fosa sintiéndonos totalmente locos el uno por el otro. Su orgullo puede ser fuerte, pero puedo contra eso. El sólo hecho de imaginar que pueda conocer a alguien más durante este tiempo, me cabrea a mil. No voy a permitir que alguien más se adueñe de esa inocencia engatusadora, es mía, sólo
*Tiempo después... **Omnisciente*Se extrañan con la fuerza que tiene un corazón totalmente desquiciado. Es lo que ellos sienten cada vez que se piensan. Alejandra, la cual ama descubrir cada día lo bueno y malo de ser una madre soltera se siente orgullosa de sí misma, una madre joven, pero no arrepentida. La herencia que por derecho le pertenece y debió ser suya al cumplir la mayoría de edad, ahora se encuentra bajo su poder. Una pequeña distribuidora de alimentos, la cual está bajo su mando, difícil para alguien que jamás había pasado por los estudios necesarios y mucho menos tenía idea de cómo llevar una empresa. No es solo una distribuidora, era una pequeña empresa que destacaba entre las mejores, antes de su fracaso por falta de personal y socios.Según Valeria, no sería tan difícil llevarla de nuevo a la sima. Existen un elemento muy importante, que es la sociedad, la cual sólo se fija en lo que está de moda. Alejandra se mantuvo por tres meses excluida de todo lo que tuviera
*Alejandra*—Vamos, Alejandra. ¿A poco ese tipo no está bueno?Dirijo la mirada hacia una de las mesas que ella mirad con diversión. Una mirada intensa del color del carbón está puesta sobre mí, un hombre muy atractivo es el dueño de esas dos gemas. Aparto la mirada, justo en el momento que me doy cuenta que lo observo también, Alejandra cálmate. —No está mal, aún así, no me interesa por ahora. —digo con tranquila—. Así que deja la insistencia de que me folle a alguien. Argumento, bebiendo de la famosa piña colada que tanto le gusta a Valeria.—Si yo fuera lesbiana, creme que no dudaría en seducirte. El embarazo te sentó de maravilla, cosa que pasa muy poco, y ese cuerpo que te gastas se va a oxidar si no le das uso. —la soltura con la que Valeria se expresa envuelve a cualquiera que no la conozca, no tiene filtro —. El día de hoy salimos para divertirnos, bueno tú a lo grande y yo a lo mediano —menciona con voz triste—. Me picaría en pedacitos José si me vuelvo loca, aunque primero