Narra Kilian.Veía el árbol de navidad y si me ponía a pensar en que hace un año me iban a pasar todo lo que me ha pasado hasta ahora, me encontraría riendo de todo esto porque no creía para nada en que algo así me iba a pasar.Y ahí estoy, casado y en espera de 3 hijos, un hijo adoptivo, con una mujer de un carácter que nunca pensé que tendría una mujer de sangre caliente y latina, pero que la vida me premió después de sufrí 10 años por una mujer que me dejó en el altar sin explicación alguna.— Vamos a abrir los regalos — dice con emoción Eliezer, por primera vez, podía pasar una navidad sin mi padre y hermanos cerca.Miro a Vivian que abre su regalo, Eliezer me da un regalo y los miro a los dos con curiosidad.— ¿Un regalo para mí? — pregunto riéndome mientras lo abro, parecían muy atento a lo que hiciera yo, al abrir el regalo me encuentro con un álbum de fotos, me río viendo todas las fotos que hemos tenido desde que nos conocimos y puedo decir que es el mejor regalo que nunca ha
Narra Vivian.Miro el calendario y luego mi vientre, Eliezer se encontraba leyendo unos de los libros que le regaló Kilian en navidad, sentado a mi lado en la cama me mira y lo miro.— ¿Sucede algo, mami? — niego acariciando su mejilla con ternura, pero por dentro comenzaba a tener miedo al tener a trillizos, es un embarazo algo arriesgado a pesar de que será por cesaría, pero eso no me quita el miedo de faltarle a mi bebé grande.— ¿Sabes que te amo mucho? — pregunto y me sonríe abrazándome.— Si y yo te amo muchísimo más, mami — sonrío tocando su cabello, por la puerta entra Kilian y se acuesta haciendo que lo miremos.Había pasado una semana desde que apareció una mujer en la casa, cuyo nombre era Valery, ex prometida de Kilian, de la cual no tenía ni idea de que existía hasta que me lo contó, aunque ya nos encontrábamos bien entre los dos, tome todo con calma, creyendo en las palabras de Kilian de que ya no le importa ni el porqué de su aparición después de 10 años, pero me preocu
Narra Kilian.Escucho el llanto de los trillizos, el ruido de la máquina, los enfermeros moverse de un lado a otro, la doctora intentando estabilizar a Vivian y el tiempo parece detenerse en cámara lenta mientras el amor de mi vida pierde color volviéndose cada vez más pálida, los enfermeros me sacan de la sala y quedo paralizado en medio del pasillo.— ¿Qué sucedió?, ¿Por qué te sacaron así de la sala? — pregunta Kaspar, veo a dos enfermeras salir de la sala con los trillizos en cunas y mi padre se va tras de las enfermeras algo preocupado porque no digo nada.— ¿Qué le pasó a mi mamá? — pregunta Eliezer, Kaspar me mira y suspira alejándome del niño.— ¿Por qué entraron más enfermeros a la sala? — miro a mi hermano al escuchar su pregunta mientras mira a Eliezer que nos miró frunciendo el ceño, algo molesto por no responder nada.— Ella… ella cerró sus ojos y… — trato de respirar y Kaspar maldice mirando a otro lado, mi padre se acerca mirándonos a ambos.Kaspar y mi padre hablan apa
Narra Kilian.4 meses después.Nos encontrábamos un domingo como otro en casa de mi padre, los trillizos cumplían 4 meses de nacidos y mi hermano Káiser tuvo a sus gemelos, lo que, si no sé, es del paradero de la esposa o ex esposa de Kaspar, pero sé que mi cuñada y mi esposa saben algo que ni yo puedo saber, total, son códigos de mujeres.— ¿Me vieron la cara de estúpido? — se escucha el estruendo, volteamos a ver a mi padre que ha tirado unos papeles sobre la mesita de la sala de estar en donde estamos todos, incluso los niños en sus coches y Vivian con Margot sentadas en el sofá.Mi padre mira a Vivian con enojo, como si hubiera cometido algún crimen.— Una reportera, ex columnista de la revista Vogui… casada falsamente con mi hijo, ¿Cómo lograrte que mi hijo se casara contigo?, ¿Lo amenazaste? — pregunta y pregunta, me acerco con rapidez hacia él.— Mi mujer no tiene nada que ver con el matrimonio falso, padre, yo fui quien la obligó a casarse conmigo — suelto defendiendo a Vivian
Narra Vivian.Un mes después.Siento como me abrazan y besan, suspiro abriendo mis ojos, levantando la mirada para ver a Kilian, vuelvo a cerrar mis ojos, volviendo a poner mi cabeza en su pecho en donde lo escucho reírse sin soltarse de mí.— ¿Te parece si pasamos las vacaciones de verano en la casa de la playa? — pregunta, lo miro sin creer que tenga una casa de verano.— Me gusta la idea — sonrío acomodándome otra vez como estaba entre sus brazos oliendo su perfumen y siento que me abraza suspirando sobre mi cabello.— Dios, me vuelve loco esta mujer — lo escucho susurrar y me río a carcajadas mirándolo, no me mira solo tiene sus ojos cerrados, me acerco y beso su barbilla — No me provoques, señora Fritzenwalden — vuelvo a besar su barbilla y luego su cuello haciendo que suelte pequeños suspiros, sus manos acarician mi espalda con suavidad.Toma mi rostro entre sus manos y me besa con pasión y delicadeza.— Deberíamos de aprovechar… — susurra sobre mis labios, sonrío aceptando la i
Narra Kilian.Dos meses después.Observo como Eliezer esquiva a su oponente y luego lo derriba de una sola patada, miro a mi esposa aplaudir emocionada, si hubiera sabido desde un principio que mi hijo le encantaba el karate y que lleva más de 3 años en eso, ya lo hubiera metido a la nacionales.— El ganador es Eliezer Fritzenwalden — anuncia el árbitro, Vivian chilla de emoción, tanto que terminamos levantándonos del asiento cuando Eliezer corre a nosotros.— Estoy muy orgulloso de ti, mi capeón, sigue así y conquistaras el mundo… es muy bueno en lo que hace… — digo lo último en un susurro y siento su mirada — Igual que su madre — susurro mirándola a los ojos haciendo que se sonroje, sonríe y sigo mirando hacia los competidores.— Tiene alma de guerrero — sonrío asintiendo, después de unas horas nos encontrábamos en el restaurant italiano de mi amigo Dante — Realmente bueno, nunca había me canso de una comida italiana tan buena — halaga mi esposa comiendo gusto.— Ay, pero que dices,
Narra Vivian.Eliezer me mira preparar el desayuno mientras los trillizos están cada uno en su sillita.— ¿Dónde está papá? — pregunta mi hijo con curiosidad y extrañeza de no verlo en la cocina abrazándome o ayudándome con el desayuno como cada mañana, porque si, nos hemos hecho una rutina de la cual no nos cansamos para nada y comienzo a sentirme rara mientras lo pienso así.— Buenos días… — volteamos a mirar hacia la entrada de la cocina, Kilian nos mira con una sonrisa tímida, que va más hacia a mí por lo que pasó anoche, por un lado, no debí echarlo de aquella manera de la casa, más siendo esta casa más de él que mía, aunque si leemos los términos, esta casa también es mía.— El desayuno está listo — es lo primero que digo sirviendo en la mesa, Kilian se sienta en silencio haciendo que Eliezer nos mire curioso por la situación tan extraña se ha tornado esta mañana.(…)No dejo de mirarlo a la cara, parece esquivarme la mirada desde que nos sentamos frente a frente en el despacho,
Narra Kilian.Dos días después.Los gemidos y suspiros de placer que suenan en nuestra habitación, mi gruñido mezclándose con los chillidos deseosos de Vivian, nuestros cuerpos llenos de sudor sintiéndonos pegajosos al tocarnos y su olor a coco y salado como la playa.— Ah… Kilian… ah sí… — entierro mi rostro en su cuello sin dejar de moverme con movimientos rápidos mientras sus piernas se encuentran en mis hombros — Ah ahí… justo ahí — chilla corriéndose por tercera vez.— Aguanta… un poco más — me separo sentándome sobre mis rodillas y bajando las piernas de mi mujer poniéndolas en mis caderas, me mira con el rostro rojo y sudoroso, jadeando de una manera increíble, provocado por el orgasmo que le he hecho llegar — Todavía no te lleno — sonrío peinando mi cabello hacia atrás con mis dedos.— Kilian… — gruño volviendo a bajar y besarla embistiéndola con fuerza escuchándola soltar gritos y maldiciones que me prenden cada vez más de manera que me obsesiona de solo tenerla bajo mi cuerpo