“¿Te digo algo loco? ¿Quieres casarte conmigo?
¿Te digo algo aún más loco? ¡Sí!”
“Hans / Ana. Frozen, una aventura congelada.”
Patrick
Otro día amanece, sin idea de dónde quedó la noche, y esta vez no puedo echarle la culpa al sofá. Después de la conversación con la princesa, ahora Fiona, no pude dejar de pensar en mi hija, el matrimonio y en todo lo que supone para ellas esta situación. Siempre supe que Abba tiene un alma vieja, de esas personas que a pesar de su edad son sabias por naturaleza y sobre todo sé que tarde o temprano, el no contar con una mujer en el papel de madre le iba a afectar, no imagine
“Tal vez no seas el ogro que solías ser, pero puede que no sea tan malo”“Fiona. Shrek para siempre.”primera parteLizEs curioso pensar en todo lo ocurrido en mi vida y sentir que de una u otra manera el resultado de todo sea este, ver la puesta del sol en una nueva casa con un hombre, que si bien al principio era todo un ogro y que todavía deja ver un poco de esa piel verde de vez en cuando, ahora no puedo decir que sea del todo malo, y por supuesto tampoco es un príncipe, aunque, quién quiere un príncipe que al final de cuentas, no sabes sí se te va a convertir en un sapo, y si lo piensas bien, quizás es mejor quedarte con un Shrek, que lucha por ser un poquito menos ogro cada día.Todo es tan diferente aquí en el r
“Tal vez no seas el ogro que solías ser, pero puede que no sea tan malo” “Fiona. Shrek para siempre.” segunda parte Liz Cenamos entre charlas de los preparativos de la boda, será aquí por supuesto y solo será por el civil, para luego tener la pequeña recepción, creo que, al ser pocas personas, no amerita mucha más. Para nada la boda que soñé, sin embargo, me siento tranquila y conforme, a Patrick, le parece bien cualquier cosa, Audrey esta emocionada, igual que Abba, a pesar de que sabe la verdadera razón de nuestro matrimonio, se alegra de que pase a formar parte de su familia. Lo que me hace sentir que, por primera vez en la vida, apartando a Leny, me siento dentro de una familia. Me quedo a limpiar los restos de la cena, puesto que Audrey se encargó de cocinar, es lo menos que puedo hacer
“Eres lo que no sabía que necesitaba, ahora tengo claro que te necesito aquí siempre”“Príncipe Naveen. La princesa y el sapo.”primera parte.Patrick.Hoy es el día, hace un poco más de seis años que no veo a mis exsuegros y no puedo decir que fue la emoción la que no me dejo dormir, más bien los ojos entre azules y verdes de una preciosa princesa con propensión a las caídas, ella es el verdadero motivo de mi desvelo. Esta situación me tiene muy estresado contando también con el hecho de que nunca le he hablado a Abba acerca de sus otros abuelos, quienes tampoco hicieron el intento de mantener una relación con su única nieta.Los pasos de mi más grande preocupación se dejan oír, mientras baja las escaleras.—Papi
“Eres lo que no sabía que necesitaba, ahora tengo claro que te necesito aquí siempre”“Príncipe Naveen. La princesa y el sapo.”Segunda partePatrick.Elizabeth sigue con la preparación del desayuno, en tanto mi amigo y yo hablamos del trabajo, sin embargo, tengo uno ojo encima de ella, me tiene hipnotizado con la fluidez con la que se mueve, por momentos me centro en la conversación, ya que esta semana necesito tener el cargamento de abono y fertilizante a tiempo para poder sembrar y que la temporada de maíz culmine con normalidad sin retrasos.Aba sigue pegada al televisor y de repente suena su canción preferida, ella se levanta para bailarla.—¿Tito, bailas conmigo?—Lo siento nena, tito, no baila, lo más cercano a un baile, en el que tito puede partici
“En lo profundo de mi alma, sé que soy tu destino”“Mulán. Mulán”primera parteLizRecorremos los pocos metros que nos separan de la casa, tomados de la mano, cosa que agradezco mucho, ya que, no sé si mis piernas me sostendrían o sabrían cómo llegar sin la guía de Patrick, después de ese beso no sé nada, !ni mi nombre! No puedo negar que cada toque y cada roce que ocurren entre nosotros, hace mella en mí, y mi fuerza de voluntad se vuelve nada.Llegamos hasta la entrada y las tres personas están justo donde las dejé cuando las recibí hace unos instantes. La mujer, se presentó como la señora, Gabrielle Adams, tan estirada y prepotente en su semblante, que bien podría ser hermana de la ilustrísima. Hermosa, no se le pue
“En lo profundo de mi alma, sé que soy tu destino”“Mulán. Mulán”Segunda parteLizSeguimos conversando el resto de la tarde terminando de afinar los pormenores de la pequeña recepción para la boda, y como siempre nos pasa se nos van las horas hablando. Alrededor de las cuatro de la tarde llegan Audrey y Abba, esta última al ver a mi hermana brinca de la emoción a sus brazos como si llevasen años sin verse y como no podía ser de otra forma, mi hermana le hace «el carrusel loco» a la niña quien ríe a carcajadas aprendiendo esa nueva forma de saludar.Desviando la atención de ese par de locas, me concentro en la que pronto será mi suegra, está rebosando de alegría con las mejillas sonrojadas
“Antes de que acabe esto, veras como tengo que ir al psiquiatra”“Burro. Shrek para siempre.”Primera parte.PatrickVaya día el que estoy teniendo, creo que de haber sabido ni me hubiese molestado en levantarme. Es más… de desayuno me hubiese tomado un coctel de limpiador de inodoros con un toque de cianuro en las rocas, agitado, no batido. Por favor.Primero la visita de ese par de arpías carroñeras que sin duda alguna arruinaran mi cena, y el abogaducho ese mirando a Elizabeth más de la cuenta, cree que me como el cuento de sus buenas intenciones, luego aguantarme los locos planes de Sean con respecto a la despedida de soltero, en serio estuve a punto de sembrarlo como a cualquier otra hortaliza a ver si madura un poco. Y para colmo, llego a la casa y me consigo con la estampa de L
“Antes de que acabe esto, veras como tengo que ir al psiquiatra”“Burro. Shrek para siempre.”Segunda partePatrick.Estoy parado como un lerdo en la puerta, pensé que ella estaría tan furiosa que ni siquiera querría compartir el mismo aire. Lo que me da esperanzas, hago caso a lo que dice y me voy al baño a cambiarme. Me acomodo en la cama e intento una vez más disculparme.—Liz… quisiera que me escucharas…—Sabes Patrick, tal vez exageré un poco mi reacción y pido disculpas por ello, aunque verdad no quiero hablar ahora, mañana será otro día.Todo esto me lo dice en la misma posición de espaldas a mí, dejándome muy confundido, se supone que era yo quien debería arrástrame a sus pies por su perd&oacu