Inicio / Hombre-lobo / El Lobo negro / 6: Vainilla y chocolate atigrado
6: Vainilla y chocolate atigrado

Narrador: Mark..

Una vez que todos se fueron yo quede solo con Red el cual de seguro estaba muy enojado conmigo, pero no lo culpo cuando vi al Omega en el piso me altere mucho.

Encontrar a tu destinado de cambia, en mi caso, me volvió más intranquilo de lo normal..

Un poco paranoico

Me acerqué a él con lentitud hasta quedar a su espalda he intente verlo a los ojos pero el solo me evadio y gruño girándose para otro lado.

Estaba enojado..

- Red.. No te enojes..-

Dije intentando volver a verlo pero nuevamente me evadio.

hay hermano.. la haces difícil..

- ya lo te explique.. Es que me altere mucho.. Perdón por decirte idiota.. No eres un idiota yo soy el idiota.-

Dije tirándome al piso pansa para arriba junto a él.

Entonces Red me miro con sus imponentes ojos avellanados y acercarse para morderme el hosico y ponerse sobre mi mientras gruñía, lo que estaba asiendo era marcar su lugar y superioridad ante mi ,como recordatorio que él era mayor que yo y el líder del grupo, yo me deje controlar hasta que se separo de mi.

- te perdono esta.. Pero para la próxima no tendrás tanta suerte, y debes controlar al Omega o yo lo haré..-

Advirtió para luego pararse e irse de la cueva dejándome solo.

Me quede unos segundos recostado en el piso hasta que luego de un suspiro me levante y sali de la cueva y con sigilo ,y sin que nadie lo note, salí de la zona de montañas donde vivíamos para adentrarme en el espeso y oscuro bosque en dirección a la única casa del lugar y donde llacia mi amada pareja destinada.

Narrador: Tyler

Desperté sintiendo un gran dolor en todo el cuerpo, principalmente en el cuello, no pude ni abrir los ojos cuando un delicioso aroma a Vainilla y chocolate inundó mi olfato.

Era un aroma tan dulce y relajante que todos mis pensamientos desaparecieron al instante y me concentré únicamente en el exquisito aroma que me estaba volviendo locas mis hormonas, en cuanto tome conciencia de mi entorno sentí como si estuviera acostado en una cálida y suave nube.

Me quede así unos minutos, me sentía muy cómodo y ese constante aroma a vainilla y chocolate me mantenía en una burbuja de placer ,se sentia cálido como una panadería un lunes en la mañana, hasta que cuando me moví un horrible dolor invadió mi cuello e hizo que los recuerdos de mi encuentro con los lobos volvieran a mi mente trayéndome como advertencia el recuerdo de mi pequeña confrontación con el lobo y cuando caí inconsciente.

Momento..

Porque sigo vivió?

Donde estoy?

De donde viene ese exquisito aroma a vainilla con chocolate?

Abrí mis ojos en busca de resuestas y lo que vi me sorprendió, estaba en mi habitación en mi casa..

En que momento llegue aquí?

Acaso eso fue un sueño?.

El dolor en mi cuello parecía decir lo contrario.

Mire para todas partes pero a medio camino me encontré con una gran manta atigrada que me envolvía y era la causante de sentirme en una nube y al prestar atención también note que de hay venía el dulce olor a vainilla con chocolate, espera..

Yo no tengo ninguna manta atigrada..

Me intente levantar lo mas rápido que pude pero unas grandes patas peludas me agarraron y oprimieron más contra la manta, intente forcejear pero al sentir ese dulce aroma a vainilla con chocolate mis músculos perdieron fuerza y mi cuerpo comenzó a actuar por si sólo, antes de darme cuenta me estaba restregando contra la rara manta azabache con olor a vainilla y chocolate, intente retomar el control de mi cuerpo pero mi instinto no me lo permitía y se aferraba mas a esa rara manta atigrada.

Pero no era una manta, ya que encanto levante la mirada pude ver un gran hocico seguido de unos grandes y brillantes ojos esmeralda que me veían desde su posición, no era una manta..

Era un lobo!

Y no cualquier lobo..

Era el lobo atigrado que me persiguió esa ves en el prado.

Lo pude distinguir por su pelaje atigrado fácil de esconder en los pastos secos y esos ojos esmeralda que resaltaban sobre el anaranjado del prado.

Pero por alguna razón ya no podía sentir miedo a él,me quede enganchado mirando esos hermosos ojos esmeralda como si estuviera imnotisado, su pupila estaba dilatada y en ella podía ver mi reflejo, aun seguía en mi forma lobo, parecía una mancha negra sobre su pelaje.

Narrador: Mark

Lo vi despertar tranquilamente, luego de haber hablado con Red volví a la casa para hacerle compañía y ver que este bien, aunque para llegar a su habitación tuve que tener una guerra de miradas con su gato y debido a mi tamaño tiré varias cosas al piso, pero creo que no rompí nada importante, de todos modos su guarida es bastante linda y un poco pequeña.

Era de esperar, él era pequeño.

Nuestras miradas chocaron y me quede unos minutos observando sus hermosos ojos amarillos brillantes los cuales me miraban con asombro, me acerqué a él y le di una pequeña lamida en su hocico luego de esto el omega negro entrecerró los ojos y estornudo, era tan adorable, volví a darle una pequeña lamida en la punta del hocico y volvió a estornudar de manera adorable, iba a hacerlo una tercera vez cuando de repente él gruño mostrando sus blancos colmillos visiblemente molesto.

Entendi la indirecta.

Él comenzó a retorcerse buscando que lo suelte, yo lo abrace más fuerte con mis patas evitando que se vaya y apretandolo contra mi esponjoso vientre.

Él comenzó a morderme la oreja buscando que lo soltara, no ejercía mucha fuerza, no estaba intentando arrancarme la oreja solo que lo suelte.

Me levante de golpe haciendo que él pierda el equilibro y cai quedando debajo de mi, pansa para arriba, me acerqué y volví a lamer su hocico, él volvió a estornudar para luego levantarse rápido, sin embargo perdió en equilibrio y callo al piso.

Quise reírme pero él me gruño en reproche.

Narrador: Tyler

Mi cuerpo me dolía mucho, me quede unos segundos en el piso recostado de pansa regulando mi respiración y tranquilizado mi pulso, el lobo atigrado bajo de la cama y se puso a mi lado moviéndome un poco con su hocico, levante la cabeza sintiéndome muy cansado y volví a mi forma humana porque ya no podía mantener mi forma lobo.

Mantener mi forma humana era más fácil y cómodo para mi.

Me sorprendió el que el lobo haya reaccionado como si eso fuera lo mas natural del mundo, solo se quedo mirando sin siquiera cambiar de exprecion, me sente con cuidado aun en el frío piso, suspire frotando mi cuello y un dolor me invadió en esa zona, de repente el recuerdo de cuando el lobo con quién pelee me tomo del cogote y me arrojo arrastrándome varios metros en la tierra, diablos la pelea había ocurrido y el maldito me lastimo bastante.

Volví a suspirar con cansancio cuando de repente el lobo atigrado me envolvió con su pelaje, en ese momento sentí el delicioso aroma a Vainilla con chocolate que me embriagaba por dentro, en cuanto levante la mirada me encontré con los ojos del lobo azabache viéndome directamente.

Mantuve la mirada admirando sus ojos y también desafiando a ceder, termine ganando siendo él el que movió la mirada algo apenado, sonreí victorioso y me movi abríendo un pequeño armario para luego sacar una remera negra y ponermela, me llegaba hasta los muslos así que no había necesidad de ponerme un pantalón, voltee mi mirada a mi cama la cual estaba echa un desastre y cubierta de pelos atigrado y negros, suspire bajando la cabeza, por eso es que no me transformó adentro de la casa.

se escucho un ruido fuerte a mis espaldas, voltee y me encontré con el lobo atigrado con la cabeza metida en mi armario.

M****a..

Tenerlo en casa sería una experiencia interesante..

Y caótica..

Narrador: Mark

Vi como el Omega negro tomaba su forma humana por el cansancio, los Lourios domésticos tienden a usar mas su forma humano ya que el mantener su forma lobo los agota más que a los Lourios salvajes, él se levantó y se acercaba a un raro tronco hueco y sacaba una de las prendas que los humanos usan y se la puso, le quedaba grande pero reemplazaba bien el pelaje negro, cuando se dio vuelta hacia el nido me acerqué a ese tronco raro y metí la cabeza encontrandome con muchas de esas prendas y todas con su olor impregnado.

Uh Que Dulce!

- que haces!?! Sal de ahí!.-

Lo escuche quejarse mientras jalaba de mi cuello.

Obviamente que por su tamaño y fuerza parecía que apenas me estaba tocando.

Aparte sus manos humanas eran delgadas y débiles compradas a mi piel y pelaje.

Aprender de él sería una experiencia interesante..

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo