~Tamia~Suspiré, me giré, y ahí estaba Leo acercándose con determinación a mí.Avery sonrió, sabía que yo deseaba a toda costa evitar a Leo."Nosotras ya tuvimos este incomodo momento con nuestros ex, ahora te toca a ti..." dijo Linda, riéndose de mí, y antes de que pudiera responderle, ella y Avery se alejaron riéndose. Así son ellas."Hey..." dijo Leo suavemente cuando por fin estuvo frente a mí."Hola." respondí, y él suspiró."¿Podemos hablar a solas en la sala? Prometo que no te voy a quitar mucho tiempo." Dijo con expresión sincera, y yo asentí.Todo había cambiado, mi corazón lo había dejado atrás."Por supuesto" le dije, y lo guie a la sala de Sylvester."Sylvester dijo que podíamos ser amigos..." comentó mientras caminábamos. Lo miré, con duda."¿Lo dices en serio?" le pregunté, y él asintió."Sí. Dijo que tenemos un pasado juntos, y que no quería borrar eso. Además, dijo que confía plenamente en ti." dijo, y sonreí, sabiendo para mis adentros que era cierto.Entramos a la sal
"Tamia, por favor, no me niegues la oportunidad de al menos ser tu amigo. Nunca jamas en la vida volveré cometer el absurdo error de traicionarte y siempre estaré ahí para apoyarte.Anhelo y deseo con mi corazón que sepas que bendigo de verdad tu matrimonio, y les deseo a Sylvester y a ti lo mejor." Exclamó Leo, suplicándome con sus ojos, y lo abracé, mientras los dos llorábamos.Mi corazón estaba alegre y roto al mismo tiempo, eran sentimientos indescifrables en mí. Leo lentamente envolvió sus brazos alrededor de mi cintura, y sentí cómo inhalaba lentamente mi aroma. Ese sería el último momento juntos, antes de que por fin cerráramos ese capítulo de nuestras vidas.El abrazo duró unos instantes más, y luego me aparté. Sentí que era momento de hablarle sobre Amanda. No iba a forzarlo, pero necesitaba decirle lo que pensaba."Leo" dije cautelosamente. Mientras el me miraba fijamente con los ojos ya hinchados."Amanda" mencioné. De inmediato se puso tenso, y quiso interrumpirme."Por fa
~Tamia~Entré en la habitación de Lily y la encontré acostada en la cama. Se sentó inmediatamente, y su compañera de cuarto salió rápidamente, para dejarnos a solas."¿Cómo te encuentras Lilly?" le pregunté, fingiendo que no me había enterado que era una traidora de mierda."Luna." respondió. Acerqué una silla y me senté justo frente a ella."¿Qué haces allí acostada?" le pregunté, y se encogió de hombros con fingida inocencia."No hay mucho que hacer hoy." respondió, y levanté una ceja."¿No deberías estar en el estadio en Lucland? ¿No se supone que deberías ayudarme a obtener información sobre Gezel y los demás?" le pregunté, y asintió."Hoy Gezel no irá al estadio, así que me quedé en casa." Explicó fingiendo tranquilidad, y sonreí."¿Sabes para qué usaron los sellos que les diste?" le pregunté, y negó saberlo."¿Tienes algo importante que decirme?" Le pregunté, pero volvió a negarlo. Suspiré, dejándole claro que estaba molesta."Hicimos un trato, Lily. Para conservar tu vida y libe
"Creo que no estamos hablando del mismo hombre, Lily, pero quiero que sepas que no me importa lo que pienses de él." Le dije con sinceridad, sabiendo que era la mejor forma de callarla."Tamia, por lo que más quieras por favor" suplicó retorciéndose, mientras Wilson la llevaba al cuarto preparado."Cuélguenla." le ordené a Wilson, y este me miró asustado. "¿Te lo tengo que repetir, Kappa?" le dije con firmeza, y él rápidamente dijo que no. Supongo que cuando Theodore le dio unos golpes de mi parte, el tipo aprendió y quedó manso conmigo.Se movió con rapidez y agilidad, y lo observé atar sus manos a la barra colgante del techo."Pongan un banco debajo de sus pies para que se sostenga." ordené con furia en los ojos, y Lily comenzó a llorar desconsoladamente otra vez."No hiciste esto con Sofía. Por favor te lo pido, solo enciérrame." suplicó, y yo me reí. "¿Sabes cómo se ve un traidor?" le pregunté, y siguió llorando."Me arrepentí de lo que hice, y los delaté. ¿Por qué me haces esto
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas