Capítulo 137
Al caer la tarde, Aitana fue a Villa Buganvilia.Los empleados la recibieron con alegría, pensando que la pareja se había reconciliado. Una sirvienta se apresuró a recibirla: — ¡Ha vuelto la señora!

Aitana esbozó una sonrisa forzada: — Olvidé algo en el almacén, vine a buscarlo.

La sirvienta no sospechó nada. Tomó las llaves y la acompañó, comentando mientras caminaban: — El almacén lleva tanto tiempo cerrado que temo que todo esté mohoso. Déjeme entrar primero para revisar, no quiero que manche sus zapatos.

En un momento llegaron a la puerta del almacén.

Aitana pidió entrar sola.

Tras pensarlo un momento, la sirvienta accedió. Abrió la pesada puerta de hierro. Como esperaba, un olor a moho las recibió.

Encendió la luz: — Tenga cuidado, señora. No vaya a tropezar.

Aitana entró. Pronto divisó un piano en la esquina.

La placa inglesa y el barniz reluciente revelaban su valor. Un piano de 10 mil dólares, abandonado sin más porque Mariana había llorado...

Aitana se rio. Se burlaba de su pro
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