**Unos días después**

Llegamos a nuestro hotel en Nueva York, hacía unas horas, y Roman tuvo que ir directamente al trabajo. Sin embargo, no me importó; nuestro vuelo era muy temprano que apenas dormí la noche anterior. Él necesitaba estar aquí, para empezar a las 11 AM. Le pregunté por qué no solo tenía vuelos para el domingo por la noche, para que ya estuviera aquí, pero aparentemente la hora de la reunión cambió, en el último minuto.

Así que, cuando llegamos a la habitación del hotel, que tenía una vista de todo Nueva York, que era jodidamente genial, me subí a la cama y tomé una siesta. Roman me dijo que estaría fuera, casi todo el día, pero eso estaba bien, eso ya lo sabía.

Cuando desperté de mi siesta, decidí salir y explorar un poco.

Yo nunca había estado en Nueva York, al menos no en la ciudad con tiempo suficiente para explorar y mirar alrededor.

Me encantaban todas las cosas “turísticas”, así que definitivamente quería ir a ver la estatua de la libertad y subir al Empire