Hoy se cumplía el mes que mi esposo había puesto de plazo, y creo que todos estábamos muriendo en el proceso, nadie bromeaba ni reía, todo era tristeza y oscuridad.

—hola, señor Esposito ¿cómo está? —Doctor, deje de darle vueltas al asunto, me siento como una persona con cáncer que está cerca de la muerte —bueno, no tengo buenas noticias.

—está bien, necesito que tramite mi alta médica, estaba molesto con todos, ya sabía que moriría, ahora solo quería que me dejaran morir en paz en mi casa.

—espere que los médicos salieran para hablar, quiero decirles algo —Emily te dije que respetaras mi decisión.

—Federico lo estoy haciendo, quiero informarles que yo no me haré cargo de él, así que pueden llevárselo a su casa, primero porque estoy embarazada, debo cuidar de mi salud y segundo porque no quiero que nadie muera en mi casa, es mi decisión y espero que la respetes como yo estoy respetando la tuya.

—¿cómo que estás embarazada? Eso es imposible.

—fíjate que no lo es porque me hice una inse