En la mansión Castrioli, Nathanael y Jael se encontraban haciendo una estrategia para llevar su merca a otro país al cual no habían entrado pero que debido a las constantes guerrillas estaba el cartel vulnerable y ellos podían aprovechar el momento

El todavía Boss, había experimentado en carne propia lo que era tener dos hijos tan parecidos a él en el carácter, los dos eran nos demonios, solamente con su madre y su hermana Nathalia era que se suavizaban un poco, pero de ahí en más eran muy reservados, la única diferencia entre ellos era que Nathaniel siempre fue más coqueto con las chicas

— Ahh... estos hijos míos, son tan irreverentes, Nathan un malhumorado que no tiene esperanza de conocer una chica y hacerla su novia, en cambio ese Nathaniel la siquiera a todas, lo que me tranquiliza es que solo es un coqueto y no llega a más allá con tanta joven

—¿De que te quejas? esos dos son igualitos a ti, si no fuera por qué tu abuela tenía un carácter de los mil diablos, te le hubieras desca