El par de demonios que Nathanael Castrioli había traído al mundo eran algo realmente serio para tomar, con ellos no se jugaba, eran siempre claros con lo que pedían y daban

El imponente Nathan llegó al club Paradise en su lujoso auto, apenas bajó lo reconocieron, sus admiradoras quedaron un poco decepcionadas al verlo llegar acompañado de una hermosa pelinegra de uno sesenta y ocho de estatura que le venía perfecto a su uno ochenta y cuatro

Dejó que Aimar lo tomara del brazo, para eso tuvo que hacer un esfuerzo, ya que al joven mafioso no le gustaba el contacto físico con extraños, pero ella, Aimar, era muy hermosa, sus ojos miel resaltaban de su blanco rostro

Las cadenas del club se abrieron para la pareja, Nathan. no era muy conversador, él más bien era introvertido, observador, analizaba todo a su alrededor, así se lo había enseñado su padre para evitarse sorpresas desagradables

Pronto les fue colocada una de las mejores mesas del lugar que para facilitar más sus planes estaba cerc