— ¡Sueltenme! !¿cómo se atreven a ponerme las manos encima?! ¿acaso no saben quién soy yo? ¡voy a matarlos apenas tenga oportunidad, y a ti, maldita mosca muerta, a ti voy a torturarte primero, te haré gritar de dolor y sabrás que con una mujer como yo nadie se mete y vive para contarlo!La espía gritaba y amenazaba a todos, pero sobre todo se la había jurado a Vanessa, era ella el blanco personal de su despecho y de su rabia de mujer dolida— Llevénsela, ya saben a donde, manténgala bajo estricta vigilancia mientras que el Boss se recupera y decide que hacer con ella, está vez no se saldrá con la suya ¿se encuentra bien señora Castrioli? — el mano derecha le estaba dando desde ya el lugar que le correspondía a Vanessa — Yo... estoy... bien, ¿pero qué... qué fue eso? esa mujer, la amante del CEO Castrioli, ella iba a matarme, si no fuera por usted habría logrado si objetivo — Vanessa estaba asustada, Selene por poco entierra su afilada navaja en ella— Por favor llámeme Jael, yo soy
Les recomiendo que vayan a sus casas a tomar un baño y comer algo, el paciente está en estos momento en la sala de cuidados intensivos, lo dejaremos algunas horas ahí en observación, él salió de la cirugía, pero todavía tenemos que ver cómo va a reaccionar su cuerpo, o si quedará alguna secuela— Está bien doctor, dejaré mi número en la recepción por si despierta o hay alguna noticia, no vamos a demorarnos mucho de todas formas— Jael aceptó la recomendación del médico más que nada por Vanessa, ella necesitaba descansar y comer algo, debía cuidar de ella mientras fuera el propio Nathanael quién tomara su lugar como si esposo— Jale, no quiero ir a casa, estoy bien así, no necesito comer, ni dormir, quiero quedarme, pueden salir a llamar y no estaremos — la enfermera se rehusaba a irse del hospital— Escuche señora Castrioli, es mi deber cuidar de usted, la llevaré a casa a qué se duche y coma algo, después de eso nos podemos regresar al hospital — como segundo al mando, Jael también te
Vanessa apenas podía ver la lamentable escena y resistirla, el hombre que siempre estaba queriendo hacer su voluntad hoy se encontraba gravemente herido en la cama de un hospital, ella tomó la mano del frío CEO y le besó suavemente— No llores, no pienso morir todavía — se escuchó la grave voz del hombre hablar— ¡Nathanael, despertaste! — la impresión de la joven enfermera era enorme — ¡estás despierto, estás despierto! eres un tonto, no debiste poner tu cuerpo para protegerme, si yo moría no pasa nada, pero si tú mueres, ¿qué pasará con el imperio Castrioli? ¿quién lo va a dirigir? además tu abuela no soportaría que te sucediera algo malo — Hmmm... ¿solo mi abuela sufriría si me sucede algo? ¿qué me dices de ti? — la penetrante mirada de Nathanael, estaba fija en la mirada azul de Vanessa, en ese momento supo que lucharía con mil muertes solo para volver y mirar los hermosos ojos de su mujer— Yo... estoy muy contenta de que no hayas muerto, no podría vivir con ese peso sobre mi es
Vanessa se puso nerviosa con la pregunta que el herido CEO le hizo, por supuesto que quería meterse a la cama con él, pero eso era imposible, herido y débil como estaba ni siquiera podría pensarlo— zorro pervertido, ni convaleciente te detienes, si me sigues acosando voy a mantenerte sedado y atado todo el tiempo— ¿Así tratas a tu paciente? luego por qué te despido — murmuró el hombre— ¿dijiste algo? — Dije que si tratas a tu paciente así, te voy a despedir — el CEO no se andaba con rodeos— Soy una enfermera muy buena, eres tú quién eres un paciente difícil, por qué siempre me tocan los peores— ¿Dijiste algo? ¿qué tanto murmuras a mis espaldas? además tu me debes una explicación, ¿qué demonios hacías en el ayuntamiento casándote con el imbécil de tu novio? !¿por qué lo preferiste a él en lugar de a mi?! quiero saber — el hombre estaba utilizando sus pocas fuerzas en el reclamo— Michael, me buscó, fuimos novios por años, él dijo que estaba realmente arrepentido, creí que tal vez
El hombre abrió los ojos como estrellas, leyó parte por parte una y otra vez el acta de matrimonio, efectivamente ahí estaba plasmada la firma de la bella y rebelde Vanessa Do Angelo, la suya y la del juez, estaban legalmente casados, ahora ella era suya ante la ley, y ella creía que se iba a liberar de sus garras cuando se recuperara de la cirugía, la ingenua enfermera podía seguir soñando— Cabrón, ¿cómo demonios hiciste para conseguir lo que yo no puede? !carajo! ¡es verdad, ella es mi esposa, mía, mía por fin! ¿cómo la convenciste de firmar?— Como sabes siempre estoy un paso adelante en todo, preparé con tiempo que el acta de matrimonio estuviese firmada por el juez y por ti, a la señorita Di Angelo, solo tuve que decirle que el que se casara contigo era tu última voluntad— ¡¿Queeee?! ¿le dijiste que era mi última voluntad casarme con ella? ¡¿te atreviste a suplicarle para que firmara y fuera mi esposa?!— Sí y bastante, ella estaba muy renuente, decía que no podía hacerlo mient
La pregunta de Nathanael quedó en el aire, como podías confiar en un poderoso y exitoso CEO que puede tener a la mujer que quiera a sus pies— No puedo darte una respuesta ahora mismo, las cosas se demuestran al igual que los sentimientos, yo... a mí no me importa tu dinero, ni lo endemoniada mente atractivo que eres, yo... yo quiero amor, quiero una vida en pareja, quiero que mi esposo solo me quiera a mi y no me engañe con cualquier mujer hermosa que se le atraviese, quiero algo verdadero, Nathanael, algo que se valioso y solo mío — Yo puedo...— No, no digas nada — Vanessa interrumpió al hombre — si de verdad crees que puedes ser ese hombre para mí, entonces demuestralo, en las cosas importantes de la vida las palabras salen sobrando — ¿No me piensas decir que es estamos casados? ¿qué somos esposos ante la ley? ¿o es que acaso estabas esperando que despertara para pedirme el divorcio?— ¡¿Lo sabes?! ¿quién te lo dijo?— Me lo dijo Jael por supuesto, es mi hombre de confianza, es
Vanessa rodó los ojos ante el comentario del CEO, había hecho una buena y bonita amistad con el mano derecha Jael, le gustaba mucho conversar con él sobre todo de él malhumorado jefe que tenía— ¡No te parece eso demasiado, pareces un CEO Mafioso posesivo, controlador y dominante!Al hombre se le fue el jugo por las narices y comenzó a toser agarrándose el abdomen para no lastimarse, y es que su mujercita lo había descrito de forma perfecta, eso era exactamente lo que él era— Si, puede que no estés muy lejos en definirme con tu descripción, pero que puedo hacer, soy quien soy me debes de querer así — ¿Solo por qué tu lo dices? qué mandón, no soy tu mascota, no puedes solo darme órdenes y esperar que las cumpla solo por qué sí — refutó Vanessa— ¿No? ¿por qué no? yo soy el esposo y sé que es lo mejor para los dos y lo mejor es que seas una esposa dócil, obediente y cariñosa con tu marido — Para eso puedes comprarte un perro o un conejo, tengo voz propia no necesito que controles mi
Al día siguiente la joven enfermera amaneció sola en la cama, su cuerpo estaba cubierto con la sábana, se asomó abajo y vió que estaba desnuda, con eso supo que no había soñado el encuentro íntimo que tuvo con el demonio de Nathanael, ese CEO aprovechado se había valido de caricias para hacerla bajar la guardiaDespués de darse un baño y salir en bata del cuarto, se paseó por el enorme penthouse, estuvo así hasta que dió con una puerta que parecía ser más de una oficina que la de un dormitorio, supo que Nathanael estaba dentro cuando lo escuchó hablar en una llamada con otros hombres en italiano, lo hablaba tan perfecto y tan fluido, Vanessa se preguntaba si había algo que no supiera hacer, tenía tantas cualidadesEl hombre parecía estar molesto, Vanessa no hablaba italiano así que no había forma que supiera lo que estaba diciendo, sin pensarlo mucho tomó el picaporte y abrió la puerta, el CEO estaba ahí perfectamente vestido de pies a cabeza, el se veía extremadamente guapo, parecía