“De acuerdo”. Scarlett asintió obedientemente.

Seguidamente, preguntó: “Por cierto, ¿has encontrado a Quincy? Estoy abrumada con los asuntos de la compañía. Si no vuelve para dirigir la situación general, temo que pueda ser demasiado para mí sola”.

Scarlett no confiaba en poder manejar bien la situación.

Los negocios no eran su fuerte, y empezaba a ser demasiado para ella.

Al escuchar esto, James frunció el ceño mientras una expresión complicada se dibujaba en su rostro.

Tras un silencio momentáneo, respondió: “Haré lo posible por encontrarla”.

Thea era la única pista que tenía para encontrar a Quincy.

Si estaba en lo cierto, Thea conocía el paradero de Quincy pero se negaba a decírselo porque le preocupaba que se fijara en otra mujer.

“¿Hay alguna otra cosa que necesites que me encargue? Si no, me adelantaré y haré la reunión primero”.

“No, está bien. Puedes irte”. James le hizo un gesto para que se fuera.

De repente, recordó algo y la detuvo. “¡Espera! No hagas la reunión t