Diez años atrás, Thea quedó completamente desfigurada al intentar salvarlo de las llamas. Él le había pagado por salvarle la vida dándole diez mil millones de dólares. Ya no le debía nada. Ahora, sin embargo, le debía a otra joven doncella. Como hombre, era justo que admitiera sus errores. En aquel entonces, aún estaba casado con Thea. Por lo tanto, no podía hacer ninguna promesa. Ahora, tras haberse divorciado de Thea, tenía que volver al campo de batalla para hacerse cargo de la situación. Con la mirada fija en Tiara, la joven doncella que había experimentado la cruel broma del destino, James le dio su seguridad. Con su promesa, Tiara se tranquilizó. Sabía que James, como guardián de Sol, cumpliría su palabra. “Te esperaré en Cansington. Espero tu regreso”. James no se quedó a charlar. Inmediatamente, se dio la vuelta para marcharse y volvió al coche. Tiara salió de la carretera, y el jeep continuó su viaje. En poco tiempo, llegaron a la región militar de Cans
Ahora que la guerra había estallado una vez más, el sustento de su pueblo debía de haberse resentido enormemente. “Henry, ¿Qué opinas de esto? ¿Por qué las veintiocho naciones atacaron Sol?”. James miró a Henry. Aunque las heridas de Henry no se habían recuperado del todo, ahora era capaz de caminar. Con la guerra estallando en las Llanuras del Sur, acompañó a James hasta aquí. Henry se quedó pensativo. Después de un rato, dijo: “Creo que algo va mal. Han justificado su propósito bélico señalando las vidas que se perdieron en el incidente del secuestro. Creo que alguien debió de organizarlo”. James asintió. El análisis de Henry era acertado. “¿Quién crees que es, entonces? ¿Cuál es su objetivo?”, cuestionó James. “El que está detrás de esto debería saber que, a pesar de haber establecido una alianza, el poder militar de las veintiocho naciones juntas no es rival para Sol. Deberían comprender que una vez que Sol se ponga las pilas, aplastar a las veintiocho naciones no será
Sol nunca había tenido miedo a las guerras. James tampoco. Sin embargo, sabía que la guerra solo traería sufrimiento a la población. Él era un defensor de la paz. Con gusto recurriría a otros medios si se pudiera evitar la guerra. Aunque la Ciudad de las Llanuras del Sur había caído ante las fuerzas aliadas de las veintiocho naciones, James no actuó impulsivamente. No movilizó a sus tropas para retomar los territorios perdidos. En su lugar, optó por investigar a fondo el asunto. Quería conocer la cadena de acontecimientos que condujeron al incidente. No deseaba ser utilizado como un simple peón. Para llegar al fondo del incidente, primero tendrían que conocer los antecedentes de los fallecidos y saber si su visita a Sol había sido una simple coincidencia o había sido organizada por alguien detrás de escena. En este momento, el ejército del Dragón Negro no podía cruzar a otros países para investigar. Por lo tanto, esta responsabilidad recayó sobre los asesinos. Eran
Todas las noches lloraba a mares. Ella salió de su habitación desanimada. Gladys, Benjamin, Alyssa y David estaban en la sala de estar. Aunque las heridas de David no estaban completamente curadas, le habían dado el alta en el hospital y ahora estaba en casa recuperándose. “Thea…”. David llamó a Thea y la reprendió: “¿Por qué no me contaste lo de tu divorcio con James? Si me lo hubieras contado, te habría detenido”. Thea se acercó a él y se sentó en el sofá desanimada. Su rostro carecía de toda emoción. Fijó su mirada en David y le preguntó: “¿Qué? No me digas que sabías la verdadera identidad de James”. David sacudió la cabeza. “La verdad es que no. Ocurrió antes de que me ingresaran en el hospital y me capturaran los Watson. En aquel entonces, James había venido a salvarnos, ¿recuerdas? Después de rescatarte, volvió a por mí. Fue entonces cuando lo vi matar a Gavin y golpear sin piedad a Zavier hasta dejarlo hecho polvo. Después de eso, el Rey Blithe vino a limpiar el
En la oficina del comandante en jefe del distrito militar de Pueblo Lavanda en las Llanuras del Sur... James, vistiendo su túnica del Dragón Negro, estaba revisando documentos. ¡Toc! ¡Toc! ¡Toc! Unos golpes llegaron desde la puerta. “Adelante”. Henry entró con una carpeta y se la entregó a James. “Esto es información relativa a las fuerzas aliadas de las veintiocho naciones. En él figuran los generales y el comandante en jefe de esta campaña”. James abrió la carpeta. El comandante en jefe de las fuerzas aliadas de las veintiocho naciones es un general de cinco estrellas llamado Pablo Qadir, de Ishkabar. Pablo nació en una familia de origen militar. Sin embargo, durante los disturbios de Ishkabar hace veinte años, su familia fue acusada de traición al Estado. Su padre y su abuelo fueron ejecutados. Solo él sobrevivió y terminó por convertirse en plebeyo. Gracias a su esfuerzo, se convirtió en soldado y ascendió al rango de comandante en jefe de cinco estrellas.
Una voz habló: “El Dragón Negro ha enviado a sus subordinados a las veintiocho naciones para investigar los antecedentes de los fallecidos en el incidente del secuestro. Como sus subordinados son personas competentes, deberían llegar pronto al fondo del asunto”. Pablo preguntó: “¿Qué hacemos ahora?”. “Nos quedaremos aquí. Dejemos que investigue. Cuanto más averigüe, mejor. Lo conozco bien. Es un defensor de la paz. Cuando se entere, vendrá hasta aquí e intentará solucionar la crisis actual sin derramamientos de sangre innecesarios. Será entonces cuando encuentre su perdición”. “Entendido”. Pablo asintió. Colgaron la llamada. Mirando a los generales, Pablo ordenó: “Ya lo escucharon. Nos quedaremos aquí. Ordenen a sus hombres que se comporten. No hagan nada que no se les ordene”. “Entendido”. Los generales asintieron en respuesta. Al mismo tiempo, James, Henry y Levi abandonaron Pueblo Lavanda en secreto y se dirigieron hacia las afueras de la Ciudad de las Llanuras del
Todo había sucedido de repente. Levi no tuvo tiempo de reaccionar. Pensó que las veintiocho naciones no eran más que un señuelo. Por eso, cuando atacaron la Ciudad de las Llanuras del Sur, fue sorprendido con los pantalones abajo. James no lo culpó por ello. “Ya que no hay nada que podamos encontrar aquí, regresemos por ahora”. James subió al jeep. Henry y Levi lo siguieron. Volvieron a Pueblo Lavanda, Cuando llegaron, ya era mediodía. Para evitar que las fuerzas aliadas de las veintiocho naciones lanzaran otro ataque, James comenzó a hacer preparativos para defender la ciudad. Ya listos los preparativos, se limitó a esperar. Después de que James regresará a las Llanuras del Sur, el mundo enfocó toda su atención a la situación en el campo de batalla. Sin embargo, pasaron los días y no ocurrió nada. Las veintiocho naciones no lanzaron otro ataque, ni el ejército del Dragón Negro les plantó cara. Muchos expertos militares de todo el mundo analizaban la batalla.
“Mhm”. James asintió y dijo: “Todos nuestros informes de inteligencia apuntan a un solo hombre”. “¿Quién?”. Henry y Levi estaban perplejos. “El comandante en jefe del ejército de la Llama Roja, el Emperador”. James pronunció de forma sombría. “¿Qué?”, exclamaron impactados. Atónito, Henry preguntó: “¿El emperador? ¿Cómo puede ser? Él es de Sol. ¿Estás diciendo que planeó todo esto solo para que te mataran?”. “Me temo que no es tan simple como eso”. James tenía una expresión seria en el rostro. Él todavía no podía entender qué estaba haciendo el Emperador. Solo sabía que estaba involucrado. En aquel entonces, durante el incidente en el Paso del Monte Trueno, se vio obligado a caer en una trampa después de que Henry fuera secuestrado y peleara contra los combatientes de élite de las veintiocho naciones. El autor intelectual de este incidente fue el Doctor Rey. El Doctor Rey, también conocido como Jonathan Harris, era uno de los hombres del Emperador. Los hallazg