Sol nunca había tenido miedo a las guerras. James tampoco. Sin embargo, sabía que la guerra solo traería sufrimiento a la población. Él era un defensor de la paz. Con gusto recurriría a otros medios si se pudiera evitar la guerra. Aunque la Ciudad de las Llanuras del Sur había caído ante las fuerzas aliadas de las veintiocho naciones, James no actuó impulsivamente. No movilizó a sus tropas para retomar los territorios perdidos. En su lugar, optó por investigar a fondo el asunto. Quería conocer la cadena de acontecimientos que condujeron al incidente. No deseaba ser utilizado como un simple peón. Para llegar al fondo del incidente, primero tendrían que conocer los antecedentes de los fallecidos y saber si su visita a Sol había sido una simple coincidencia o había sido organizada por alguien detrás de escena. En este momento, el ejército del Dragón Negro no podía cruzar a otros países para investigar. Por lo tanto, esta responsabilidad recayó sobre los asesinos. Eran
Todas las noches lloraba a mares. Ella salió de su habitación desanimada. Gladys, Benjamin, Alyssa y David estaban en la sala de estar. Aunque las heridas de David no estaban completamente curadas, le habían dado el alta en el hospital y ahora estaba en casa recuperándose. “Thea…”. David llamó a Thea y la reprendió: “¿Por qué no me contaste lo de tu divorcio con James? Si me lo hubieras contado, te habría detenido”. Thea se acercó a él y se sentó en el sofá desanimada. Su rostro carecía de toda emoción. Fijó su mirada en David y le preguntó: “¿Qué? No me digas que sabías la verdadera identidad de James”. David sacudió la cabeza. “La verdad es que no. Ocurrió antes de que me ingresaran en el hospital y me capturaran los Watson. En aquel entonces, James había venido a salvarnos, ¿recuerdas? Después de rescatarte, volvió a por mí. Fue entonces cuando lo vi matar a Gavin y golpear sin piedad a Zavier hasta dejarlo hecho polvo. Después de eso, el Rey Blithe vino a limpiar el
En la oficina del comandante en jefe del distrito militar de Pueblo Lavanda en las Llanuras del Sur... James, vistiendo su túnica del Dragón Negro, estaba revisando documentos. ¡Toc! ¡Toc! ¡Toc! Unos golpes llegaron desde la puerta. “Adelante”. Henry entró con una carpeta y se la entregó a James. “Esto es información relativa a las fuerzas aliadas de las veintiocho naciones. En él figuran los generales y el comandante en jefe de esta campaña”. James abrió la carpeta. El comandante en jefe de las fuerzas aliadas de las veintiocho naciones es un general de cinco estrellas llamado Pablo Qadir, de Ishkabar. Pablo nació en una familia de origen militar. Sin embargo, durante los disturbios de Ishkabar hace veinte años, su familia fue acusada de traición al Estado. Su padre y su abuelo fueron ejecutados. Solo él sobrevivió y terminó por convertirse en plebeyo. Gracias a su esfuerzo, se convirtió en soldado y ascendió al rango de comandante en jefe de cinco estrellas.
Una voz habló: “El Dragón Negro ha enviado a sus subordinados a las veintiocho naciones para investigar los antecedentes de los fallecidos en el incidente del secuestro. Como sus subordinados son personas competentes, deberían llegar pronto al fondo del asunto”. Pablo preguntó: “¿Qué hacemos ahora?”. “Nos quedaremos aquí. Dejemos que investigue. Cuanto más averigüe, mejor. Lo conozco bien. Es un defensor de la paz. Cuando se entere, vendrá hasta aquí e intentará solucionar la crisis actual sin derramamientos de sangre innecesarios. Será entonces cuando encuentre su perdición”. “Entendido”. Pablo asintió. Colgaron la llamada. Mirando a los generales, Pablo ordenó: “Ya lo escucharon. Nos quedaremos aquí. Ordenen a sus hombres que se comporten. No hagan nada que no se les ordene”. “Entendido”. Los generales asintieron en respuesta. Al mismo tiempo, James, Henry y Levi abandonaron Pueblo Lavanda en secreto y se dirigieron hacia las afueras de la Ciudad de las Llanuras del
Todo había sucedido de repente. Levi no tuvo tiempo de reaccionar. Pensó que las veintiocho naciones no eran más que un señuelo. Por eso, cuando atacaron la Ciudad de las Llanuras del Sur, fue sorprendido con los pantalones abajo. James no lo culpó por ello. “Ya que no hay nada que podamos encontrar aquí, regresemos por ahora”. James subió al jeep. Henry y Levi lo siguieron. Volvieron a Pueblo Lavanda, Cuando llegaron, ya era mediodía. Para evitar que las fuerzas aliadas de las veintiocho naciones lanzaran otro ataque, James comenzó a hacer preparativos para defender la ciudad. Ya listos los preparativos, se limitó a esperar. Después de que James regresará a las Llanuras del Sur, el mundo enfocó toda su atención a la situación en el campo de batalla. Sin embargo, pasaron los días y no ocurrió nada. Las veintiocho naciones no lanzaron otro ataque, ni el ejército del Dragón Negro les plantó cara. Muchos expertos militares de todo el mundo analizaban la batalla.
“Mhm”. James asintió y dijo: “Todos nuestros informes de inteligencia apuntan a un solo hombre”. “¿Quién?”. Henry y Levi estaban perplejos. “El comandante en jefe del ejército de la Llama Roja, el Emperador”. James pronunció de forma sombría. “¿Qué?”, exclamaron impactados. Atónito, Henry preguntó: “¿El emperador? ¿Cómo puede ser? Él es de Sol. ¿Estás diciendo que planeó todo esto solo para que te mataran?”. “Me temo que no es tan simple como eso”. James tenía una expresión seria en el rostro. Él todavía no podía entender qué estaba haciendo el Emperador. Solo sabía que estaba involucrado. En aquel entonces, durante el incidente en el Paso del Monte Trueno, se vio obligado a caer en una trampa después de que Henry fuera secuestrado y peleara contra los combatientes de élite de las veintiocho naciones. El autor intelectual de este incidente fue el Doctor Rey. El Doctor Rey, también conocido como Jonathan Harris, era uno de los hombres del Emperador. Los hallazg
Todos se quedaron en silencio. ¿Infiltrarse en la Ciudad de las Llanuras del Sur, que estaba fuertemente custodiada por un ejército de tres millones de efectivos, y asesinar a los generales de las veintiocho naciones? Esta sería la misión de asesinato más desalentadora que jamás hubieran recibido. Todos compartieron miradas. Nadie dijo nada. Observaron a la multitud, May dio un paso adelante. “Iré contigo, James”. May creció en el Castillo Oscuro y fue criada como una asesina. A lo largo de su vida, había vivido en una sombría desesperación. Después de seguir a James, finalmente entendió el significado de la vida. Fue James quien le dio todo. Ahora que James tenía una misión, ella estaba obligada a cumplir con sus responsabilidades. James miró a los demás y preguntó: “¿Alguien más?”. Los asesinos estaban vacilantes. Aunque eran leales a James, la misión actual era extremadamente peligrosa. Las posibilidades de regresar con vida eran casi nulas. No deseaban perder
Floyd dijo confiado: “Puede estar tranquilo. Hay un ejército de tres millones de soldados acuartelado aquí. Si viene el Dragón Negro, le aseguro que no se irá de aquí con vida”. “El fracaso no es una opción. Si fallas, no hay necesidad de que regreses.” La otra persona terminó la llamada. Floyd se puso de pie. Arrojó al suelo el cigarrillo que tenía en la mano y lo pisoteó. Luego, se dirigió de regreso a la sala de conferencias. Los generales de las veintiocho naciones se reunieron en la sala. Floyd se acercó a ellos e inmediatamente se pusieron de pie. Floyd les hizo un gesto para que se relajaran. Solo entonces tomaron asiento los generales. Floyd examinó a la multitud. “Hay noticias del jefe. El incidente del secuestro ha sido expuesto. El Dragón Negro ahora lo sabe todo”. “¡¿Qué?!”. Sus rostros se tornaron pálidos. Pablo lo miró con frialdad. “Nos prometiste que el plan sería perfecto. Si se corre la voz, ya no tendré un lugar en Ishkabar”. Floyd descartó su