Lex se arrepintió profundamente de todo. Se arrepintió de haber montado un espectáculo tan lujoso, incluso de haber hecho estallar petardos fuera de la región militar. Ahora que los altos mandos estaban descontentos, perdió la oportunidad de asistir a la ceremonia de sucesión.

En ese momento, sonó una bocina. Lex vio a James acercándose en un coche.

Y allí estaba él, ¡preocupado de que no encontraría un saco de boxeo para poder descargar su ira!

Apoyándose en su bastón, se acercó al coche. Golpeó el bastón en el suelo con rabia. “¡B*stardo despreciable! ¿No crees que has hecho suficiente? ¡Vete de una vez por todas!”.

Bip.

James miró al fruncido Lex y tocó el claxon, pidiéndole que se quitara de en medio.

Gladys asomó la cabeza. “Papá, ¿qué estás haciendo? ¿Qué pasó? ¿Por qué estás cubierto de polvo? Ah, sí, James dijo que puede entrar con el coche. Ya no eres joven. ¿Por qué no te subes? Te llevaremos adentro”.

Lex se enfureció por lo que dijo Gladys.

Ella lo hizo a propósito,