El hombre mayor que habló primero no era cualquiera. Era una potencia conocida en la tabla de clasificación de asesinos.

Miró a James e hizo una mueca. Se acercó, recogió la cuerda del suelo y empezó a enrollarse con ella. Pronto, se había atado.

“¿Sabes cómo hacerlo ahora?”. El hombre mayor hizo una mueca.

James sonrió con indiferencia.

Dio unos pasos hacia adelante.

Cuando avanzaba, el asesino frente a él retrocedía.

Aunque Serpiente Negra había llamado para informarles que la esposa del Dragón Negro había sido capturada y que él se rendiría fácilmente, este seguía siendo el Dragón Negro al que se enfrentaban.

Todos los gurús de las artes marciales de 28 naciones unieron sus fuerzas contra él, pero él los masacró.

Cientos de miles de soldados intentaron matarlo pero fue en vano.

La muerte vendría inesperadamente si uno no tuviera cuidado con una persona como él.

El asesino anciano se desató rápidamente, tomó la cuerda y caminó hacia James para atarlo.

James no se resistió