Los ancianos de la Secta Daemonium equivalían a la cima de la pirámide en este universo. Si las sectas o familias querían un lugar estable en este universo, tenían que tener apoyo.

Mientras tanto, los ancianos de la Secta Daemonium eran misteriosos. La mayoría de las familias y sectas no podían conocerlos.

Ahora, Herman quería invitar a todas las potencias a su banquete.

Para las potencias, esto era una oportunidad.

Todos ellos prepararon regalos, queriendo complacer a James, que era Herman.

James no sabía cuántas potencias vendrían. Tampoco sabía cuántas potencias traerían regalos.

De todos modos, ahora no tenía nada que hacer, y la cantidad de hierbas que pudiera conseguir dependía de su fortuna.

Waleria había estado observando todas sus acciones.

En la cima de la montaña trasera, James se sentó en una roca. Sumido en sus pensamientos, contemplaba el paisaje a lo lejos con expresión pesada.

¡Swoosh!

Apareció un rayo de luz negra.

Waleria, con un vestido negro, apareció ant