Habían pasado cinco mil años desde que James llegó al territorio de la Raza de las Nubes.

Había visitado a Soren varias veces, pero solo estaba montando un espectáculo para que lo vieran las potencias.

Soren también estaba cooperando con él. Empezó actuando con terquedad, y luego incluso pidió que lo dejaran libre para entregarle la Omnisciencia Alegre.

Durante los últimos mil años, James permaneció dentro de la formación temporal de su mansión creando inscripciones de formaciones. Ahora, ya estaban terminadas. Era hora de ejecutar su plan.

Antes de llegar a la sala, James se había reunido con Thea y le había pasado las inscripciones de formación que había creado durante los últimos mil años.

Mientras mil años habían pasado fuera, James había pasado eones dentro de la formación temporal.

Había creado cuidadosamente una formación que ni siquiera Xezal podría romper.

Bajo las innumerables miradas, James entró en la sala. Se dirigió al asiento más alto de la sala y se sentó.

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