Xezal había establecido una formación para impedir que James escapara.

Su dominio de las formaciones superaba con mucho al de James, pero la formación de él era un Círculo Mágico Antiguo y poco familiar para ella, por lo que no podía romperla en poco tiempo.

James intentó forzar la apertura, pero fracasó. La formidable presión dentro de la formación lo golpeó como un golpe de una potencia sin igual, dejándolo herido al instante.

¡Whoosh!

De las ruinas en la distancia, una figura salió volando. Era James. Tenía un aspecto despeinado, los labios manchados de sangre y el cuerpo golpeado.

De pie en el vacío, contempló la sombra distante y a los numerosos ancianos de la Raza de la Destrucción, con expresión seria.

Entre todos los miembros de la Raza de la Destrucción, Xezal era el que más le preocupaba y del que más temía, una existencia temida en todos los Reinos Mayores. Sin embargo, no esperaba encontrarse con ella mientras rescataba a Thea.

"Ríndete, James", la voz de Xezal re