Se besaron. Seguido, se abrazaron.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

De repente, llamaron a la puerta.

Como si estuvieran haciendo algo mal, se sobresaltaron y se soltaron el uno del otro inmediatamente.

James se aclaró la garganta. “¿Quién es?”.

Estaba molesto.

‘¿Quién está tocando la puerta? Qué grosero. Casi estaba por hacerlo. ¿Cómo se atreven a interrumpirme?’.

La voz de Gladys se escuchó desde el otro lado de la puerta. Gritó: “¡Abran la puerta! Lex está llamando a una reunión familiar. Está pidiendo que todos se unan”.

“¿En medio de la noche? ¡Por favor!”. James estaba echando humo.

Thea, por otro lado, ya estaba vestida.

Era rápida. Se había vestido antes de que James pudiera reaccionar. Sonrojada, le sonrió a James. “Quizá la próxima vez…”.

¿Qué otra cosa podía decir James?

La próxima vez, entonces.

Se puso la ropa.

Después de vestirse, salieron de la habitación.

“¿Por qué tardaron tanto?”.

Gladys estaba molesta.

De repente, se dio cuenta de algo.

Miró fija