Muchas criaturas estaban de acuerdo con las observaciones de James. Todas pensaban que era un digno sucesor de la Destrucción. Sin embargo, muchas de ellas sentían que su comportamiento había cruzado un límite y empezaban a detestarlo.

A pesar de eso, la sonrisa de Yente nunca abandonó su rostro. Ya había sido testigo de su fuerza y estaba segura de que sobreviviría con su protección. Su apoyo también ayudaría a la Raza de las Nubes a restablecerse.

Leilani, en cambio, frunció el ceño con rabia. Estaba furiosa con James. Había dicho que visitaría a la raza de los ángeles para pedir su mano hace unos instantes, pero ahora estaba coqueteando con otra mujer de la raza de las nubes. Aunque no estaba interesada en él, se sintió incómoda y se burló cuando lo vio pegado a Yente.

Una de las criaturas preguntó: "¿Qué hacemos ahora, Deshawn?".

Deshawn ignoró a James y dijo: "Primero salgamos de aquí. Deberíamos ir al borde de las Islas del Cielo y ver si podemos romper la formación".

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