La Primera Transformación del Arte de la Llama era lo suficientemente aterradora como para aniquilar a un Acmean. Si podía cultivar la Segunda Transformación-Llamas Eternas, creía que su fuerza aumentaría a pasos agigantados.

Al oír que James había obtenido estas providencias, Thea no se sorprendió. Al fin y al cabo, James era el predestinado elegido por el Camino Celestial.

Los dos atravesaron el Caos.

Pronto, llegaron fuera del Reino de la Llama Roja.

El Reino de la Llama Roja era un universo radiante del pasado lejano, comparable al Reino del Caos actual.

James y Thea llegaron al exterior del Reino de la Llama Roja, de pie en el Caos y mirando al frente. A lo lejos, no había vitalidad en el universo. Las estrellas estaban apagadas, e incontables soles estaban en llamas. Al arder, liberaban un gas perjudicial para los seres vivos. Thea estaba algo familiarizada con los Reinos Mayores. Eso se debía a que el Reino Primordial aún no había sido sellado en un pasado lejano. Como per