"Gracias, Gran Emperador", expresó James su gratitud mientras agitaba la mano. De su palma emanó una poderosa energía que se fundió con el vacío frente a él. Una grieta se materializó en una abertura. Cuando James entró en ella, la grieta desapareció con él.

En otro reino, otra fisura apareció de la nada, permitiendo la entrada de un hombre bastante apuesto. Vestido con una túnica blanca, James salió de la grieta. Vio estrellas, millones de ellas. Muchos planetas abandonados flotaban a su alrededor. Cada uno de ellos era enorme, comparable a los del Reino del Elixir. Podía sentir las violentas energías que circulaban a su alrededor.

"¡Bum!". El sonido de una explosión se extendió desde la distancia. Tras la explosión, un destello rojo coloreó el cielo nocturno. James siguió la dirección del sonido. Un planeta, sin señales de vida humana, acababa de estallar en pedazos, descargando violentas energías. El poder de aquella erupción era equivalente al de alguien que hubiera alcanzado el