Mientras tanto, las misteriosas palabras que se formaban dentro de la Formación de Resurrección se habían hecho mucho más evidentes. Las palabras estaban hechas de la sangre de los difuntos. Muchos debían de haber muerto ya, ya que había muchas palabras rojas en el cielo.

Los monstruos estaban siendo controlados y se les había ordenado luchar contra los cultivadores que entraron en este mundo.

Así, lucharon con todas sus fuerzas y causaron destrucción y daños en los alrededores.

En cuanto Thea apareció, agitó rápidamente la mano. Unas misteriosas palabras negras surgieron de su palma y se desintegraron en niebla oscura, sumergiéndose en los cuerpos de los monstruos.

Los monstruos detuvieron de inmediato sus ataques. Entonces, fueron recuperando poco a poco la consciencia y observaron su entorno con perplejidad.

‘¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Qué estoy haciendo?’.

Todos estos monstruos eran poderosos y habían alcanzado altos niveles de cultivación. Por lo tanto, eran capaces de trans