James caminó por las calles desoladas. Llegó a la calle donde solía estar la Clínica Común. Antes era una calle muy transitada, pero ahora estaba desolada. Había algunas personas en la calle, pero todas estaban enfermas y parecían estar a punto de morir.

James respiró hondo.

"Parece que la Magia Maldita ya se ha extendido por todo el mundo, y todos los humanos de la Tierra ya han sido contaminados. Tengo que pensar en una forma de eliminar la maldición. De lo contrario, la raza humana estará perdida en poco tiempo".

Tras dejar escapar un suspiro, James abrió la Residencia Celestial y liberó a todos los que estaban dentro. Como la maldición dentro de sus cuerpos había sido transferida a James, actualmente gozaban de buena salud. Al ver el paisaje de las calles, se quedaron en silencio.

James dijo: "Hemos vuelto a la Tierra y he eliminado la maldición que había en sus cuerpos y los he transferido a mí. Hagan lo que quieran a partir de ahora".

Thomas se acercó a él y le preguntó: "¿Q