Después de viajar durante varios días, los tres llegaron finalmente a Ciudad Espada, que era la ciudad más cercana a la Secta Espada.

Los tres siguieron el camino hacia la ciudad.

No permanecieron mucho tiempo en la ciudad. Atravesaron rápidamente la ciudad y salieron por el otro lado de la puerta de la misma.

Poco después de salir, se encontraron con una interminable cadena montañosa.

Había innumerables montañas delante de ellos, y a simple vista parecía no tener fin.

"Aquí hay energía muy abundante".

Walganus miró asombrado las montañas que tenían delante. No pudo evitar maravillarse: "Percibo una energía misteriosa procedente de las montañas. Debe de ser algún tipo de objeto divino. Un objeto tan potente es raro incluso en mi secta".

Antes de entrar en la isla, Walganus ya había percibido el objeto divino dentro del territorio de la Gente del Mar.

Sin embargo, no estaba seguro de lo que era.

El Anciano de la Secta Espada mencionó un objeto divino en la isla que podía hacer