“Joven, no sé quién eres, pero esto es Ciudad Hazted. Cualquiera que pise esta ciudad debe seguir nuestras reglas. Hombres, detengan a este tipo. Será encerrado durante treinta años”. El capitán de la guardia bufó sarcásticamente.

Los guardias rodearon inmediatamente a James y estaban a punto de actuar.

De repente, el cuerpo de James se desvaneció y reapareció a diez metros de donde lo habían rodeado.

“¿Eh?”. El capitán de la guardia se quedó atónito.

Los movimientos de James eran demasiado rápidos para que pudiera ver con claridad. Antes de que pudiera vislumbrar la acción, James ya había escapado de ellos.

“Ese hombre debe morir aquí mismo”.

James señaló al hombre gordo que estaba detrás del capitán de la guardia.

Desde que había regresado, James quería mostrar su fuerza y advertir a los Intrusos de que aquellos que coaccionen a los habitantes de la Tierra tendrán que pagar un alto precio.

El capitán fulminó con la mirada a James.

James era poderoso. Era mucho más fuerte de