De repente, un coche se acercó a la villa.

Una mujer alta, de tez clara, vestida con un atuendo profesional, se bajó del coche.

La mujer era Thea.

Después de hacerse cargo de la compañía, notó algunos problemas financieros después de revisar los documentos. Por lo tanto, ella se dispuso a encaminarse hacia la villa para preguntar al respecto.

Inesperadamente, vio a James de pie frente a la villa de los Callahan en cuanto salió del coche.

Se quedó perpleja, pero se recompuso, se acercó y saludó: “Abuelo”.

La expresión de Lex se suavizó y una sonrisa floreció en su rostro cuando vio a Thea. “¿Qué te trae por aquí, Thea?”.

“Abuelo, estaba revisando los documentos financieros de la compañía y encontré algunos problemas sobre los que quería preguntar”.

“Está bien, hablemos adentro”.

Aunque Lex tenía una excelente actitud hacia Thea, su expresión cambió tan pronto como miró a James. No dudó ni un segundo en regañarlo: “Ven y resuelve tu problema con Thea ya que ella está aquí en per