Al ver a Thea sana y salva, Thomas soltó un suspiro de alivio. Luego, se acercó a ella y le preguntó: “¿Estás bien, Thea?”.

Thea sacudió ligeramente la cabeza al decir: “Estoy bien”.

“¿Fue el Príncipe de la Montaña Orquídea quien te salvó?”, preguntó Thomas desconcertado.

Thea asintió ligeramente y dijo: “Sí, él me encontró”.

Después de hablar, miró a Cielo, que estaba consternado. Ella había sido testigo de todo el suceso desde lejos. Thea no esperaba que Langston fuera tan poderoso como para que Cielo, un gran maestro de noveno rango, no tuviera ninguna posibilidad contra él.

Cielo miró a Thea con una expresión sombría. En un principio, él planeó secuestrar a Thea para obligar a James a cumplir sus órdenes. Sin embargo, no esperaba que aparecieran Thomas y Langston. No se atrevió a evitar que Thea se fuera.

“Vámonos”.

Tras decir eso, se giró para irse.

Thomas dijo: “Ya que todo está resuelto, deberíamos irnos”.

“Ujum”. Thea asintió.

Luego, se dieron la vuelta para