Estrictamente hablando, eso fue lo que pasó. Sin embargo, James también era en cierto modo responsable del fiasco durante el divorcio. Después de todo, Thea no se habría divorciado de él si él hubiera revelado su identidad antes.

“Thea, yo soy el culpable aquí. Tú no tienes nada que ver con esto. En aquel entonces, decidí ocultar mi identidad porque estaba rodeado de enemigos por todas partes. Divorciarme de ti era la única manera de garantizar tu seguridad. No quería que mis enemigos te secuestraran”.

“Después de divorciarnos, fui yo quien volvió por ti. Todo este tiempo, has sido una mujer de buen corazón. Fui yo quien te defraudó”.

James se sintió culpable.

“¿Pero en quién debo confiar?”. En ese momento, Thea estaba perdida. No sabía en quién debía creer.

Al recordar la sangre que le dio el Señor Omnisciente, exclamó de repente: “¡Ah, sí!”.

“¿Qué pasa?”, se apresuró a preguntar James.

Thea dijo: “Después de que te fuiste, alguien vino a buscarme y me dijo que podía ayu