Como la sangre de dragón era lo único que podía salvar la vida de Thea, James no tenía otra opción. No deseaba perderla. Por ella, él iría hasta los confines de la tierra.

“¿Y tu fuerza?”.

Thomas dijo: “Solo me preocupa que puedas estar en peligro al matar al dragón”.

James sonrió al decir: “No te preocupes, mi fuerza no está por debajo de la tuya”.

“Es cierto, has obtenido la Píldora Novenaria Dorada, después de todo. Debes haber consumido la píldora ahora que ha pasado un año. Así que, ¿has cruzado al noveno rango?”.

James sonrió amargamente y dijo: “¿Cómo podría? La historia estaría llena de grandes maestros en el noveno puesto si fuera tan fácil”.

“Eso es cierto”.

Los dos conversaban en susurros.

Pasaron diez minutos. Sin embargo, nadie se atrevió a dar un paso adelante.

James frunció el ceño.

Esto no podía continuar.

Él se despidió de Thomas y se acercó a Cielo y le preguntó: “Han pasado diez minutos. Sin embargo, nadie da un paso adelante. ¿De verdad no vas