James se dio la vuelta en su silla de ruedas.

Por el momento, estaba en el corazón del pueblo, en una mansión separada.

Esta mansión fue construida con ladrillos. Era una casa de un solo piso.

Desde el patio, vio que salía humo de la cocina. A través de la ventana, podía ver a Thea. Estaba muy ocupada en la cocina.

Al ver, James se sintió incómodo. Realmente incómodo.

Él no quería esto.

‘¡Ah…!’.

James rugió con fuerza en su corazón, pero no se atrevió a dejarlo salir. Tenía miedo de que si realmente gritaba, Thea se alarmaría.

‘¡No puedo estar así! No puedo pasarme la vida en una silla de ruedas’.

El corazón de James comenzó a llenarse de feroz determinación.

‘Tengo que recuperarme’.

‘No hay otra opción que recuperarse’.

Dada su posición actual, él sabía que incluso si quisiera retirarse en paz en este momento, sus enemigos se lo impedirían. Él guardaba una serie de secretos.

Si Malgudi tuviera una guerra y Lucjan no muriera, Lucjan nunca lo dejaría escapar.

Teniendo en c