Darryl no sabía si reír o llorar ante unos cuantos miles de personas. Tenía muchas ganas de explicar que ninguna de esas palabras representaba sus verdaderos pensamientos y que era Douglas Jensen quien estaba provocando problemas al avivar las llamas.

Sin embargo, Darryl también sabía que sería inútil dar explicaciones a estas alturas, ya que los maestros de la secta hace tiempo que consideran a Douglas como uno de los hombres de Darryl.

Dax y Chester se miraron mutuamente y se mostraron extremadamente ansiosos ante la escena.

"¡Esto es inapropiado!". Chester no pudo evitar gritar: "las reglas establecían que un equipo contra otro, pero ahora todos ustedes se están confabulando. ¿No crees que va en contra de las reglas?".

Ante sus palabras, Dax siguió su ejemplo y gritó: "¡Sí! Si quieren jugar así, la Montaña de las Flores y el Palacio de la Vida Eterna se unirán también a la lucha. Ayudaremos a Darryl".

El rostro de Douglas se tornó amargo mientras gritaba pretenciosamente: "Maes