Después de todo, la fuerza de combate general del Ejército de Westrington era mucho más débil que la del Ejército del Nuevo Mundo. Era en efecto muy difícil salir del punto muerto dependiendo únicamente de él mismo.

La guerra había llegado a un callejón sin salida durante unos días, lo que debilitó la moral del Ejército de Westrington.

De repente, un general con armadura negra entró rápidamente.

Él era el subordinado más capaz de Donoghue, ¡Josh Yard!

“Primer Ministro, ¿atacaremos hoy?”, Josh preguntó con cautela.

“¿Qué piensas? No hemos tenido la delantera en días, así que ¿cuál es el punto de luchar? ¡Solo pidamos por una tregua y descansemos!”, Donoghue respondió enojado.

Josh lucía avergonzado y sugirió en voz baja: “Primer Ministro, tengo una idea para resolver esta situación incómoda y asegurar que el ejército de Westrington no pierda nuestra reputación”.

Él se dio cuenta de que Donoghue ya no quería seguir peleando y pensó en retirarse.

Sin embargo, era demasiado vergonz