Debra estaba sufriendo en la cama, temblando de frío y sudor.

“Darryl… ¿trajiste al Mayor Júpiter de regreso?”. Los labios de Debra estaban secos, pero logró preguntar en voz baja. Parecía que esa frase había agotado todas sus fuerzas.

Darryl suspiró. “No logré alcanzarlo, él es demasiado rápido...”.

Darryl puso el colgante de jade sobre la mesa. “El Mayor Júpiter dejó caer un colgante de jade y me las arreglé para recogerlo”.

Oh no…

¿Él se las arregló para conseguir la pieza de colgante de jade pero la persona escapó?

Debra estaba desesperada.

Ella podía sentir que su energía interna se agotaba por completo. Además, su cuerpo se estaba alternando entre el frío y el calor. Al mismo tiempo, se sentía como si unas diez mil hormigas se arrastraran sobre ella, ¡lo que le provocaba una gran picazón!

Sin embargo, ella se había resistido, con todas sus fuerzas, a no gemir hasta que Darryl regresó, simplemente debido a su personalidad fría y dura. Sin embargo, ella no podía aguantarlo