"Me llamo Jewel". La pequeña mendiga respondió en voz baja mientras miraba a Darryl. "Señor, robé dos bollos al vapor, pero los bollos solo valían dos centavos. El anillo que le diste al dueño del restaurante podría pagar miles de bollos al vapor. Por favor, vaya a recuperar el anillo".

Aunque solo era una jovencita, estaba muy bien informada.

El anillo de Darryl tenía una elaboración exquisita. Evidentemente, no era un artículo ordinario a primera vista. Eran extraños, así que se preguntó por qué se merecía un favor tan grande.

"¡Mendiga apestosa! ¡Cállate!". El dueño del restaurante estaba enfadado. Ya había conseguido el anillo, ¿cómo podía devolverlo tan fácilmente? El dueño miró a Jewel con fiereza. "¡Basura! ¿Crees que tienes algo que decir aquí? ¿Cómo te atreves a robar mis bollos al vapor? Ya te estoy haciendo un favor al no matarte".

Jewel no fue tímida en absoluto; lo fulminó con la mirada.

"¿Cómo te atreves a mirarme así? Tal vez no te hayamos golpeado lo suficiente ha