Los que no estaban muertos estaban cubiertos de sangre. Aún estaban luchando entre sí, y no parecía que se fueran a rendir pronto.

Solo una dama parecía no haberse movido.

Era Linda Holt.

Linda estaba apoyada en uno de los troncos de madera mientras hablaba emocionalmente consigo misma. Era evidente que estaba alucinando, pero sus ilusiones eran diferentes a las del resto.

Darryl se acercó a ella para poder escuchar lo que decía.

"A pesar de que la Secta Isla Flor de Durazno somos un grupo pequeño, jamás seremos traidores. ¡Todos ustedes, váyanse de una vez! Regresen a donde pertenecen, regresen al Nuevo Mundo".

Darryl se sorprendió al escuchar eso; pero respetaba su decisión.

Parecía que el Nuevo Mundo fue a reclutar a la Secta Isla Flor de Durazno, pero ellos no cedieron a sus demandas.

Darryl quedó impresionado por la decisión de Linda. Sin dudarlo, caminó hacia ella y selló su punto acupuntura.

Linda tembló y su mente se aclaró de inmediato.

Linda se sorprendió al ver a D