Darryl no se asustó cuando vio a los discípulos precipitarse hacia delante. Dijo alegremente: "Tranquilos todos, por favor. No me niego a quedarme aquí. Solo espero que puedan dejarla ir".

Wolfgang miró fríamente a Jewel cuando él terminó de hablar y dijo: "Crees que somos estúpidos. ¿Dejar que se vaya para que pueda pedir refuerzos? Nadie puede irse de aquí hoy".

Wolfgang empuñó con fuerza su espada tras su última palabra y apuntó con ella a Darryl.

Darryl frunció el ceño y no quería decir nada más en aquel momento. "Bueno, perdón por lo que voy a hacer ahora".

En cuanto terminó de hablar, esquivó la espada de Wolfgang. Al mismo tiempo, levantó su mano derecha y golpeó el dorso de su espada.

Wolfgang solo sintió una oleada de poder abrumador. La espada larga voló de su mano y retrocedió tambaleándose unos pasos, con un aspecto muy avergonzado.

Darryl no quería luchar, así que solamente utilizó el diez por ciento de su fuerza en aquel ataque. Aun así, Wolfgang se quedó estupefact