"¿Quién es?".

"¿Quién está ahí?".

Cuando los dos discípulos de la Puerta del Elíseo vieron a Raquel acercarse, se alarmaron y gritaron al unísono.

Raquel exhaló profundamente, bajó la voz y dijo solemnemente: "Estoy aquí por orden del Maestro de Secta para sacar al prisionero. Esta es la orden". Sacó algo de su bolsillo y se lo entregó mientras hablaba.

Los dos discípulos de la Puerta del Elíseo se quedaron atónitos por un momento mientras se miraban el uno al otro y la mano de Raquel. Se dieron cuenta de que Raquel no llevaba una orden, sino un simple colgante de jade.

Sin embargo, en ese momento, antes de que los dos discípulos de la Puerta del Elíseo pudieran reaccionar, la mano de Raquel se movió como un rayo y les golpeó en el cuello. Se oyeron dos sonidos sordos, y los dos discípulos de la Puerta del Elíseo se desmayaron y cayeron al suelo.

Tras noquear a los dos discípulos de la Puerta del Elíseo, Raquel los arrastró hacia las sombras, asegurándose de que no había nadie má