Chester sabía que a pesar de no estar emparentado por sangre con Dax, ambos eran más unidos que hermanos. ¿Cómo podía verlo morir a manos de esos generales así como así?

Sin embargo, mientras las figuras se elevaban en el aire, un buen número de generales se vieron estallar hacia adelante para detenerlo en el aire.

“Hermano...”.

Chester dejó escapar un aullido, con lágrimas brotando de sus ojos.

Al mismo tiempo, Debra también gritó: “No...”. Al igual que Chester, había querido ayudar a Dax, pero también fue detenida por los soldados y solo pudo mirar.

Justo cuando Dax estaba a punto de ser asesinado, una fuerte aura llegó estallando. Fue seguida por una encantadora figura que se precipitó al campo de batalla y se lanzó justo delante de Dax.

El vestido largo que tenía puesta solo resaltaba aún más sus curvas perfectas, pero su mirada brillaba con una feroz determinación.

Era Raquel, a quien el Maestro Magaera había capturado y traído con él.

Justo entonces, Raquel se mordió el l