Heather y Ambrose se sobresaltaron al oír las palabras, girando la cabeza para ver qué estaba pasando.

“Maldita sea, nos descubrieron”.

“Vamos. Tenemos que encontrar a ese bebé”.

Mientras hablaban, Ambrose tiró de la mano de Heather mientras invocaba su energía interna y aceleraba.

Rápidamente, llegaron a la cima de la montaña. El bebé estaba allí mismo, rodeado de unas cuantas rocas grandes para evitar que rodara hacia abajo.

Uf...

Al ver que el bebé estaba bien, Ambrose y Heather se intercambiaron una mirada mientras ambos dejaban escapar un suspiro de alivio.

Después, Heather se acercó rápidamente para coger al bebé en brazos. “Ya, ya. Ya estamos aquí...”. Mientras hablaba, las lágrimas brotaban de su rostro sin control al pensar en la trágica muerte de Morticia.

Fue también entonces cuando los soldados los encontraron en la cima de la montaña y se elevaron sobre ellos. Se detuvieron en seco al ver al bebé en brazos de Heather.

Sin embargo, no tardaron en recobrar el senti